Hallan microplásticos en el intestino del animal más aislado de la Tierra

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La contaminación marina con microplásticos podría acabar con un sinfín de especies naturales de los océanos, y no hay marcha atrás. Estas pequeñas partículas de plástico, que no superan los 5 milímetros de tamaño, al igual que residuos de mayores dimensiones, están invadiendo todos los océanos del planeta causando serios efectos en la biodiversidad.

Recientemente, un grupo de investigadores detectó microplásticos en el cuerpo de uno de los animales más aislados de la Tierra: el Cryptopygus antarcticus, una especie de colémbolos que se encuentran en la Antártida y Australia.

En un artículo publicado en la revista Royal Society Biology Letters, los estudiosos hablan de una gran pieza de espuma de poliestireno encontrada hace cuatro años en un área libre de hielo en las costas de la Isla Rey Jorge, ubicada a unas 75 millas de la costa antártica en el sur Oceano.

Al tratarse de una pequeña criatura que vive en una remota isla antártica, los autores del estudio dicen que el hallazgo demuestra que los plásticos han ingresado a la cadena alimentaria terrestre en esta región.

Los plásticos están entrando en las cortas redes alimentarias terrestres antárticas y representan un nuevo factor de estrés potencial para los ecosistemas polares que ya enfrentan el cambio climático y aumentan las actividades humanas.

Microplásticos por todas partes

El estudio muestra evidencia y alerta con seria preocupación de que los microplásticos han llegado a las regiones más remotas del planeta.

Se trata de la primera evidencia basada en el campo de la ingestión de plástico por un componente común y central de las redes alimentarias terrestres antárticas.

Evidentemente, los plásticos están entrando en las cortas redes alimentarias terrestres antárticas y representan un nuevo factor de estrés potencial para los ecosistemas polares que ya enfrentan el cambio climático y aumentan las actividades humanas.

Lo peligroso de este hallazgo es que C. antarcticus , que mide solo 0.04–0.08 pulgadas de largo y pesa solo unos pocos microgramos, se ha adaptado a las condiciones antárticas extremas y forma una parte clave de las redes alimentarias terrestres en la región antártica.

Los estudiosos hablan de una gran pieza de espuma de poliestireno encontrada hace cuatro años en un área libre de hielo en las costas de la Isla Rey Jorge, ubicada a unas 75 millas de la costa antártica en el sur Oceano.

Biopsia

Los científicos analizaron los colembolanos que encontraron en la espuma plástica utilizando una técnica de imagen conocida como espectroscopía infrarroja. Esto reveló la presencia de pequeños fragmentos de poliestireno que miden menos de 100 micrómetros de ancho, aproximadamente del mismo ancho que el cabello humano, en el intestino del invertebrado, lo que sugiere que habían estado ingiriendo pequeños fragmentos de espuma.

De hecho, los investigadores aseveran que todos los especímenes muestreados de colémbolos antárticos asociados con espuma de la Isla Rey Jorge pertenecían a la especie Cryptopygus antarcticus.

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