Se desechan hasta 90 millones de litros de aceite vegetal usado por año

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Más de la mitad de los argentinos que consumen frituras no separan su residuo. Así lo estima el último informe de la Facultad de Agronomía de la UBA. En Argentina, el consumo de aceite vegetal anual, per cápita, es de 20,3 litros, de los cuales, según este estudio, casi el 20% es utilizado para fritura en los hogares. Preocupa que más de la mitad se descarte en forma inadecuada.

Tan solo 1 litro de aceite vegetal usado puede contaminar mil litros de agua, por lo que el número arrojado por el último estudio elaborado por la FAUBA (Facultad de Agronomía de la UBA) junto a la empresa DH-SH, es preocupante: Apenas un 22% por ciento recupera este residuo en forma regular, el 25% lo hace en forma ocasional y un 53% nunca recupera el aceite una vez utilizado para freír.

“Mientras que la gestión incorrecta de este residuo tiene impactos muy negativos sobre el ambiente, su separación en origen permite recuperarlo para la producción de biocombustibles, por lo que es interesante contar con este dato y generar herramientas para revertirlo”, asegura María Semmartin, Profesora de cátedra de Ecología de FAUBA y una de las coordinadoras de este estudio que abarcó toda la Argentina con más de 3 mil encuestas.

Del estudio se desprende que el consumo anual, por persona, de aceite para fritura supone un descarte de 2,5 litros. Entonces, si más de la mitad de quienes cocinan y consumen comida frita en sus hogares no separa el aceite vegetal usado y otro tanto lo hace ocasionalmente, actualmente se están desechando entre 60 y 90 millones de litros anuales contaminando así, sobre todo, recursos hídricos de todo el país.

“Estamos hablando sólo de un número que refiere al consumo y gestión domiciliaria del aceite vegetal usado y aún nos faltan datos de la gestión de grandes generadores que ya estamos investigando. Son estadísticas que impactan teniendo en cuenta un momento crítico global en el que debemos apuntar a reducir y recuperar residuos”, comenta Diego Wassner, docente de la cátedra de Cultivos Industriales de FAUBA, co-equiper de Semmartin.

La buena noticia es que quienes reciclan ‘A veces’ y ‘Nunca’ declararon una disposición entre alta y muy alta a hacerlo (67% y 56% respectivamente). “Somos parte de la solución y desde el sector privado y público debemos unirnos para poder concientizar y generar cada vez más herramientas para evitar que un recurso para la producción de biocombustible, se convierta en residuo”, asegura Antonella Druetta, responsable de Ambiente de DH-SH, una empresa familiar con sede en Capitán Bermúdez, provincia de Santa Fe, dedicada desde hace 20 años al saneamiento y logística de la industria aceitera, y desde hace 4 a desarrollar su campaña “Reciclá tu Aceite” en más de 150 localidades de todo el país.

La compañía que impulsó esta investigación junto a la FAUBA, lleva recolectadas más de 8 mil toneladas de aceite vegetal usado: en el último año y medio desarrolló 120 puntos verdes, brindó más de 30 charlas en escuelas e hizo convenios con más de 30 municipios para sensibilizar a la comunidad. La provisión de puntos de recolección y de información sobre los beneficios ambientales del reciclaje del aceite son factores que, según el estudio, aumentarían la separación en origen para dicho segmento. Un dato curioso: Los encuestados con residencia en Tierra del Fuego presentaron la máxima predisposición a comenzar a separar el aceite vegetal usado.

Qué son los biocombustibles y cuál es su rol

En Argentina el 14% de las emisiones de dióxido de carbono son producto de la quema de combustibles fósiles. En la otra vereda, el biocombustible de segunda generación se inscribe dentro del conjunto mayor de biocombustibles. Éstos se caracterizan por tener un enorme potencial y aparecen como una alternativa preferible al uso de combustibles fósiles.
“Al ser producidos no sólo de gramíneas forrajeras sino también de aceite vegetal usado, añaden un beneficio, el de poder recuperar residuos y transformarlos en recursos”, explica la responsable de ambiente de DH-SH.
En este sentido, el rol del biocombustible se reivindica y plantea como uno de los caminos hacia la descarbonización definitiva del transporte. “El punto de quiebre lo marca el hecho de que esa concentración de GEI que emiten los biocombustibles cuando son combustionados es la misma que capturarán luego al volver a crecer en las plantaciones, cerrando el ciclo de carbono”, continúa la especialista. Si bien los combustibles fósiles también vuelven a regenerarse, esto sucede en un período excesivamente mayor al de una vida humana.

¿Cómo reciclar el AVU en casa?

  1. Una vez utilizado, dejar enfriar el aceite y colocarlo en un recipiente plástico limpio, seco y con tapa.
  2. Conservar el recipiente de plástico con tapa, para seguir agregando aceite a utilizar para frituras.
  3. Una vez completo el recipiente, acercarlo a un punto verde para completar el proceso.
  4. Ese aceite que de otra manera sería un residuo, se convierte en un recurso, por ejemplo, para la producción de biocombustible de segunda generación.
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