El distintivo color del lago Hillier, en Australia, es causado por la combinación de bacterias y algas que pigmentan el agua de un color rosa brillante.
Se trata de un estudio que comenzó en 2015 y es impulsado por departamento de Ecofisiología y Ecotoxicología de la coordinación científica Ciencias de la Vida del Instituto Antártico Argentino (IAA).
"Cuando el hielo se derrite ingresa una gran cantidad de agua dulce al sistema marino costero junto a un aporte de sedimentos", dijo la doctora Dolores Deregibus.