En el árido Níger, al sur del Sahara, los agricultores que dejaron que los árboles talados volvieran a crecer en sus campos, han visto aumentar los rendimientos de los cultivos.
Saihanba albergaba abundantes recursos forestales y una gran biodiversidad. La deforestación y las constantes guerras convirtieron la zona en un desierto.
El reemplazo del 20% del consumo de carne roja podría reducir a la mitad las emisiones de dióxido de carbono y la deforestación provocada por la ganadería.
Las alteraciones en los ecosistemas traen consecuencias devastadoras. Los expertos anunciaron que una superficie del tamaño de América del Sur se secará para 2050.
El ritmo de deforestación durante el siglo XXI disminuyó un 30%, mientras que se mantiene la amenaza sobre los bosques tropicales de Asia y Sudamérica.