Empleó la siembra en contorno – labrar la tierra en pendiente a lo largo de una elevación constante – para conservar el agua de lluvia y reducir la erosión del suelo.
En el árido Níger, al sur del Sahara, los agricultores que dejaron que los árboles talados volvieran a crecer en sus campos, han visto aumentar los rendimientos de los cultivos.