Un escualo hallado muerto cerca de Benidorm tenía una herida compatible con el ataque de la nariz puntiaguda de uno de ellos, un fenómeno cada vez más común.
El pueblo, de tradición pesquera, adoptó la especie como su nuevo símbolo y junto a pescadores y científicos crearon un grupo de monitoreo comunitario.
Entre los caminos habilitados en el despejado y ventoso lugar se pueden observar algunos restos y fósiles de hallazgos de extintas aves y otros ejemplares.