Catamarca: la Ruta de los volcanes de más de 6 mil metros de altura

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Un sinuoso camino en constante ascenso que avanza desde el noroeste de la provincia de Catamarca hacia la frontera con Chile, descubre al visitante el impactante paisaje de 19 volcanes de más de 6 mil metros de altura, innumerables picos, lagunas de firmes colores rojizos y turquesas, aguas termales, una escasa vegetación y particular fauna.

 
Hay diversas opciones para hacer este paseo por una de las zonas más importantes en altura del mundo. Ante la extensa y deslumbrante siempre Cordillera de los Andes, se extiende el camino en ascenso por 197 kilómetros que conecta a Chile por la Ruta Nacional 60.
 
El paisaje cuasi desértico ofrece una paleta de colores y texturas interminables que varían a medida que se avanza desde los casi 1500 metros de altura hasta los 4.700 que alcanza el hito fronterizo.
 
En todo ese transcurso -que se puede hacer en un día- se visualizan algunos de los picos que pelean por ser los más altos del mundo y no tienen nada que envidiarle al Aconcagua, en la provincia de Mendoza, o el Himalaya. Es meca también de aficionados escaladores que encuentran cada tanto modestos refugios donde guarecerse y pasar ocasionales tormentas.
 
Para subirse a esta propuesta y disfrutar a pleno se puede viajar en auto propio, o contratar una excursión con guía que pueda ir explicando el desarrollo que tuvo la zona hace millones de años, cuando estaba en plena erupción y dejó marcas que hoy generan un ambiente más que particular.
 
El viajero encontrará una vegetación muy escasa, así como grupos de pintorescos flamencos, burros salvajes y guanacos. También, se ven algunos espejos de aguas que dependiendo de la intensidad y posición de sol se muestran en colores verdes, azules y rojizos por el reflejo.
 
Entre los picos más altos se visualizan claramente el Inca Huasi, de 6.640 metros, que es el primero de Los Seismiles, el Pissis que alcanza los 6.882 metros y el Ojo del Salado, que con sus 6.864 metros es el volcán activo más alto del mundo.
 
Desperdigados en el horizonte también se suman el Walter Penk, Nacimiento y Aguas Calientes, entre otros. Ya cercanos al final del recorrido se encuentra el paraje La Gruta, a 4100 metros, donde hay un campamento de Vialidad Nacional y están las oficinas de Migraciones, a unos 21 kilómetros del Paso San Francisco.
 
A unos 50 kilómetros de este mágico recorrido es posible hospedarse en alguno de los pueblos de Catamarca que se caracterizan por su encanto y la hospitalidad de su gente, y en el último tiempo lograron convertirse en la puerta que trasporta a los viajeros al tesoro que esconden Los Seismiles.
 
Una de las opciones es Tinogasta y otras es Fiambalá, famoso por los buenos vinos, y también conocido por ser sede de un complejo termal totalmente preparado para ofrecer unos días de descanso, relax y renovación de energías. Los piletones de diversas temperaturas que van de los 38 a los 54, están rodeadas de altas paredes de granito.
 
Otra opción es una visita al Museo del Hombre de Fiambalá, donde se exhiben momias de más de 500 años que fueron encontradas cerca de Loro Huasi, un poblado cercano.
 
En caso de buscar una aventura más extrema, unos 25 kilómetros al norte, viajando por la ruta 34, se llega a las extensas Dunas de Tatón, altísimas montañas de arena que se pueden recorrer en 4×4, cuatriciclos o tablas de sandboard.
 
Finalmente, el Mirador del Pissis es una alternativa fuera de la ruta de Los Seismiles, al que se llega por un desvío de tierra que nace pasando el Paraje Pastor Largo. Esta excursión requiere de un día extra y una camioneta 4×4, desde donde se podrá apreciar una panorámica asombrosa de un sistema de lagunas llamadas Azul, Negra, Verde y Aparejos.
 
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