Chubut: el avistaje de avifauna, una propuesta de Puerto Pirámides para todo el año

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Mientras se espera la inauguración oficial de la temporada de avistaje de ballenas, el mes próximo -aunque ya han llegado algunos ejemplares y se los ve a diario en el Golfo Nuevo-, los operadores de esos paseos mantienen una intensa actividad, en especial con el turismo de fin de semana.

 
Entre las actividades de mayor demanda están las excursiones de buceo, tanto para expertos como en bautismos, y los paseos embarcados por la costa, la lobería e islotes cercanos.
 
Las lanchas parten desde la bahía frente al centro del pueblo, donde en las tardes se puede ver pescadores levantando sus redes cargadas de cornalitos, metidos en el agua con trajes de neoprene y sobrevolados por gaviotas cocineras que se alimentan con lo que ellos dejan escapar al cargar los botes a remo.
 
Puerto Pirámides no tiene muelle, por lo que las embarcaciones son llevadas en unos trailers especialmente diseñados y tirados con tractores, hasta que pueden flotar y zarpar; al retorno se hace la maniobra a la inversa y los pasajeros bajar por escaleras en rampa sobre la arena.
 
A poco de partir, el poblado desaparece a la distancia y la nave toma rumbo norte para acercarse a la lobería local, que se ha convertido en ‘permanente’, ya que todo el año está habitada por lobos de un pelo.
 
Desde la distancia se perciben tanto los rugidos de los machos que marcan el territorio de su harén como el fuerte olor de estos pinípedos.
 
Los farallones de arcilla de diversos tonos de ocre, que muestran sus estratos sedimentarios por la erosión del mar, también albergan una variada fauna avícola patagónica.
 
Tanto en los islotes como en lo más altos de sus paredes se ven numerosos cormoranes de diversos tipos -rockeros, de cuello blanco, pardo, biguá y, quizás, algún imperial- tanto en parejas como en grupos, en un constante despegar y aterrizar.
 
En los islotes, los cormoranes comparten espacios con ostreros negros, que andan siempre en pareja, urgando la arena con sus largos picos rojos cuya fuerza puede romper las caparazones de los bivalbos.
 
También hay muchas gaviotas cocineras, tan inquietas como los cormoranes, que junto a éstos cruzan constantemente el cielo y caen en picada sobre sus presas en el agua.
 
Durante el paseo costero, la lancha se cruza con turistas realizando otras actividades propias del lugar, como remo en kayak -que es cada vez más popular- y buceo desde gomones y semirígidos.
 
El director de Turismo de Puero Pirámides, Luis García Trucco, comentó a Télam que el Golfo Nuevo ‘es el punto más importante para el buceo en Argentina’, por lo que la actividad tiene una gran demanda del turismo en su comuna.
 
García Trucco explicó que ‘hacemos buceo todo el año y acá todo es natural; ésta es un área protegida donde no se toca nada, no hay nada armado’.
 
Península Valdés es una reserva natural provincial de Chubut desde 1983 y fue declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por Naciones Unidas en 1999.
 
La villa cuenta con seis operadores de buceo y la actividad es apta para toda persona en buenas condiciones físicas, aunque se hacen excursiones para expertos y para principiantes.
 
‘Para los bautismos, hay lugares de poca profundiad y de corta inmersión, como El Submarino, Las Cuevas, El Islota o La Escalerita -comentó García Trucco- y a los expertos, que tienen brevet, los llevamos a El Barco, La Roca, Pardela, Cormoranes o El Puntal, donde inclusive puede bucear con lobos marinos’, agregó.
 
Quienes quieren conocer la península por tierra puede hacer excursiones a caballo o en bicicleta, y desde los senderos habilitados observar fauna avícola cerca de la costa o animales terrestres, como ñandúes, guanacos, armadillos, maras y zorros.
 
‘Las cabalgatas son más familiares y se hacen dentro del area protegida, cerca de la ciudad, por la costa y médanos, pero para la bicicleta es preferible tener buen estado porque son caminos difíciles y para los que se dedican a estos paseos la dificultad es un atractivo’, aclaró el director de Turismo.
 
Un factor importante entre los atractivos para el turismo es la gastronomía, que en esta ciudad de poco más de 500 habitantes cuenta con varios restoranes que suman unos 550 cubiertos, en base a las riquezas que brinda el mar.
 
Los productos frescos tienen gran demanda en algunos restoranes, donde sirven especialidades como cazuela de mariscos, langostinos a la romana, vieyras gratinadas a la parrilla, salpicón de mariscos, cholga y mejillones, entre otras delicias.
 
Como cierre de las excursiones del día es recomendable ir al Mirador de Puerto Pirámides, sobre la lobería, desde donde se pueden ver atardeceres únicos con los farallones teñidos de un amarillo furioso, con el mar desangrándose hasta el infinito y a veces alguna cola de ballena que asoma a la distancia.

Alejandro San Martín
Télam

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