Chubut: Llegaron los primeros pingüinos de Magallanes a la reserva Punta Tombo y abre al público

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A 100 kilómetros de Rawson, en la provincia de Chubut, los recibe el mayor santuario continental de esta especie en el mundo. En estos días, hacen pie en la estepa patagónica los machos que ya se ocupan de reacondicionar su nido de la temporada anterior. Luego llegarán sus parejas para aparearse y reproducirse.

Uno de los espectáculos más emocionantes de la Patagonia comenzó a darse en estos días con el arribo de los primeros pingüinos a la Reserva de Punta Tombo. “Llegaron los primeros ejemplares sanos y fuertes”, dijo la subsecretaria de la provincia de Chubut, María José Pögler, que además, anunció la apertura al público a partir de mañana.

El área Natural Protegida Punta Tombo, situada a 100 kilómetros al Sur de Rawson, capital de la provincia de Chubut, cubre una superficie de 210 hectáreas de estepa patagónica para proteger a la mayor colonia continental de pingüinos de Magallanes, cuya población alcanza a medio millón de individuos. Y supera el millón “cuando la familia se completa”. Los ejemplares empezaron a llegar “por mangas” para dar inicio a su reproducción, con el apareamiento, incubación y adiestramiento de sus crías.

No todos logran completar este largo viaje desde las aguas del sur de Brasil. Y cada año regresan a su mismo nido. Por eso es tan importante que los visitantes que ingresen a este santuario respeten todas las reglas, como por ejemplo, cederle el paso siempre al pingüino y no interrumpir su camino jamás, por más que la especie sea inofensiva y puedan tomarse fotos a corta distancia.

Los ejemplares adultos pueden pesar hasta 6 kilos y medir casi 50 cm de alto. Las hembras lucen parecido, pero los machos suelen ser en promedio un poco más grandes. Esta especie se reproduce en Chile y la Argentina, de septiembre a marzo y durante el otoño y el invierno vuelven a migrar hacia aguas del norte.

Un Centro de Interpretación invita a conocer las características de estas fascinantes aves marinas, curiosamente monogámicas. Este espacio dedicado a ellas invita a adentrarse en un recorrido que lleva en primer lugar por el fondo del mar hasta la superficie.

El “sendero de la pingüinera” de 3 kilómetros- ida y vuelta-, con varios miradores, permite observar en silencio, no solo a estos especímenes, sino también a toda la fauna que vive en el lugar, de cara al mar azul. Se pueden observar otras aves marinas, como cormoranes, gaviotas cocineras, gaviotas australes, gaviotines, skuas y ostreros. Se suman otras aves de la estepa, como los choiques, martinetas, chingolos y calandrias. Mientras que los mamíferos que pueden merodear la zona son los guanacos, maras, zorros, piches, peludos y otros carroñeros atraídos por los huevos.

Desde el ente de turismo, explican que los primeros en llegar son los pingüinos machos que se ocupan de reacondicionar los nidos. Después es el turno de las hembras, que en pocas semanas comenzarán a poner dos huevos y tras 40 días de incubación compartida con el macho, verán nacer sus pichones. Ambos preservarán el nido y alimentarán a la cría con anchoítas y calamar.

Los pichones nacen con un plumaje gris oscuro y en febrero lo mudarán por uno juvenil, que les permitirá conseguir su primer alimento en el mar. Si sobreviven a las duras condiciones – solo el 20 por ciento lo logra- podrían adquirir el plumaje de adulto el año siguiente.

La reserva estará abierta a partir de mañana de 8 a 18 horas. Los precios de los tickets de entrada para los argentinos son los siguientes: mayores de 12 años, 900 pesos y menores de 6 a 11 años, 500. Hasta 6 años, ingreso sin cargo. Jubilados y pensionados, mayores de 60 años, pagan 500 pesos. Mas información en www.pinguinosentombo.com.ar/#Senderos

Chubut tiene otro dos puntos más de avistamiento de pingüinos. Estos son Cabo dos Bahías y Península Valdés. Sin dudas, es la mejor época para darse una vuelta por las costas de esta provincia.

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