El colapso del ecoturismo pone en riesgo de abandono a miles de animales

Mรกs leรญdas

Desde las vastas llanuras de Masai Mara en Kenya hasta los delicados corales del atolรณn de Aldabra en las Seychelles, los esfuerzos de los ecologistas para proteger algunos de los ecosistemas mรกs importantes del mundo se enfrentan a una grave amenaza debido a la caรญda del ecoturismo ocasionada por la pandemia de la COVID-19.

Segรบn han indicado diversas ONG centradas en la protecciรณn de la fauna y flora silvestres, las organizaciones que dependen de la llegada de turistas para financiar proyectos de protecciรณn de especies en peligro crรญtico y hรกbitats raros podrรญan verse obligadas a suspender su actividad. El cierre de fronteras y la prohibiciรณn de viajar han frenado abruptamente la llegada de turistas y estas organizaciones han dejado de percibir millones de euros.

FOTO: Asociaciรณn Ecoturismo

Desde el inicio de la pandemia, los cientรญficos han subrayado la importancia de que los humanos restablezcan su relaciรณn con la naturaleza ya que de lo contrario se pueden producir brotes peores que el actual.

Sin embargo, las medidas que se han impulsado para frenar el avance de la pandemia han tenido un impacto negativo sobre los ecosistemas que sustentan la vida ya que ha aumentado la caza furtiva y la pesca y la deforestaciรณn ilegales. Por otra parte, el sector del ecoturismo podrรญa perder decenas de miles de puestos de trabajo en todo el mundo.

Arrecifes de coral en Australia

“Es correcto que ahora la prioridad sea proteger las vidas humanas de esta pandemia devastadora. Sin embargo, en los lugares donde trabajamos ya estamos constatando el impacto econรณmico de las medidas, especialmente en รกreas donde las comunidades dependen del ecoturismo para ganarse la vida”, indica Mike Barrett, director ejecutivo del departamento de Ciencia y Protecciรณn del Medioambiente de WWF Reino Unido.

Segรบn laย Wildlife Conservation Society, en Camboya, unos cazadores furtivos que querรญan la carne de los animales mataron a tres ibis gigantes en peligro crรญtico de extinciรณn. En รfrica central, las medidas para proteger a los gorilas de montaรฑa del coronavirus han comportado la caรญda de visitantes y la disminuciรณn de unos ingresos que son vitales. El mes pasado, fueron asesinados doce guardabosques que custodiaban el parque nacional de Virunga, donde viven los gorilas, en la parte oriental de la Repรบblica Democrรกtica del Congo.

“Podrรญan pasar aรฑos antes de que estos lugares se recuperen plenamente, lo que aumenta el riesgo de que la gente llegue a depender de otras actividades para ganarse la vida, y esto represente una presiรณn insostenible sobre los recursos naturales”, alerta Bartlett. “Ademรกs, en el contexto actual tambiรฉn es mucho mรกs difรญcil controlar la apropiaciรณn ilegal de tierras y la caza furtiva”.

Si bien la caza furtiva de rinocerontes, grandes felinos y especies en peligro crรญtico de extinciรณn ha continuado con las medidas decretadas por las autoridades, un informe reciente de la Comisiรณn de Justicia de la Vida Silvestre determinรณ que el comercio ilegal de animales salvajes se ha visto gravemente alterado por las restricciones de movimiento y de viaje.

Un nuevo estudio demuestra que los turistas se acercan demasiado a los gorilas de montaรฑa, exponiรฉndolos a enfermedades que pueden ser mortales. / Nancy J. Stevens

Los ecologistas temen que se produzca un drรกstico aumento de la caza ilegal si las organizaciones se ven obligadas a despedir a los guardas forestales y a suspender los programas de protecciรณn del medioambiente y de control de actividades ilegales. De hecho, los rinocerontes negros del delta del Okavango, en Botsuana, han tenido que ser evacuados porque en marzo los cazadores furtivos mataron al menos a seis.

Dickson Kaelo, director ejecutivo de la Kenya Wildlife Conservancies Association, seรฑala que se han cancelado todas las reservas para actividades fundamentales de este aรฑo, como la migraciรณn de los รฑus en el Masai Mara. Esta cancelaciรณn masiva ha provocado que las organizaciones en Kenia que llevan a cabo esta labor tengan que tomar decisiones muy duras relativas al despido de personal.

“Si bien es posible que la caza furtiva de elefantes no aumente debido a la actual prohibiciรณn de viajar y al rechazo de este tipo de productos en el sudeste asiรกtico, la demanda de carne de animales salvajes sรญ aumentarรก si no hay nadie que supervise el dรญa a dรญa en estas reservas”.

Grupo de รฑus y cebras. |  Javier Sรกnchez

“La caza furtiva de carne de animales salvajes ya existรญa a pequeรฑa escala incluso antes del brote de coronavirus. Con mรกs kenianos sin trabajo, la carne de animales salvajes obtenida de forma ilegal serรก mรกs atractiva que la carne vendida por el carnicero con un permiso legal. Si estas organizaciones no pueden pagar a los guardabosques, ยฟcรณmo controlarรกn eficazmente las actividades ilegales que se llevan a cabo dentro y fuera de las reservas?”

La labor de protecciรณn de la fauna y flora silvestres en Kenia ya habรญa sufrido una serie de reveses tras una devastadora invasiรณn de langostas y un virus que azotรณ al ganado en la zona de la reserva natural de Masai Mara. Kaelo ha indicado que el coronavirus supondrรก un nuevo revรฉs para unas organizaciones que necesitan que los lugareรฑos estรฉn concienciados de la importancia de proteger el ecosistema.

ย “Los miembros de estas comunidades pueden dejar de creer en la importancia de proteger la fauna y la flora silvestres. Ademรกs, las personas que viven cerca de estas reservas naturalesย  y esperan ansiosos la llegada de turistas para venderles productos tendrรกn que recurrir a otros trabajos para ganarse la vida, como por ejemplo la agricultura. Esto no harรก mรกs que alimentar los interminables conflictos entre el hombre y la naturaleza, ya que a menudo los animales salvajes irrumpen en sus nuevas granjas y las destruyen”.

Jaguar en la selva latinoamericana.

En Colombia, la organizaciรณn Panthera, centrada en la protecciรณn de los grandes felinos, ha registrado un aumento en la caza furtiva de estos animales. En las รบltimas semanas, habrรญan muerto dos jaguares, un ocelote y un puma. Esta organizaciรณn se enfrenta a serias dificultades para financiar sus actividades esenciales por el retraso y la caรญda de donaciones.

Los guardabosques estรกn obligados a quedarse en casa. En este sentido, el doctor Esteban Payรกn, director del programa de protecciรณn de jaguares en la regiรณn, seรฑala que le preocupa la apropiaciรณn ilegal de tierras y los incendios provocados.

“Mi mayor temor una vez superemos esta pandemia es que cuando salgamos al exterior nos encontramos con hectรกreas y mรกs hectรกreas valladas y cultivadas y que no tengamos forma de saber quiรฉnes son o quรฉ estรกn haciendo. En estos momentos en la Amazonia Colombiana la deforestaciรณn es brutal”.

“Me preocupa mรกs que la caza furtiva. ยฟPor quรฉ? Por la escala, las dimensiones y la velocidad de la deforestaciรณn y los incendios. Esto destruye el hรกbitat. La destrucciรณn del hรกbitat arrastra a los jaguares. Tal vez no veas en el suelo el cadรกver de un animal que ha sido abatido a tiros pero en realidad la situaciรณn es mucho peor ya que o bien se han quedado sin hogar o han muerto calcinados o no tienen nada que comer porque ya no hay presas que cazar”.

Global Fishing Watchย ha registrado una caรญda significativa de las actividades de pesca en todo el mundo. Desde el 11 de marzo y hasta finales de abril, las horas de pesca disminuyeron en mรกs de un 37%, en comparaciรณn con los dos รบltimos aรฑos. Sin embargo, la caรญda del ecoturismo ha afectado la protecciรณn de los ecosistemas marinos mรกs preciados del mundo.

La doctora Fanny Douvere, coordinadora del programa marino de la Unesco para 50 sitios del patrimonio mundial, entre los que se incluyen la Gran Barrera de Coral, las islas Galรกpagos y los fiordos de Noruega Occidental, advierte de las consecuencias de la crisis.

“Deben preocuparnos especialmente los sitios que dependen en gran medida de los ingresos del turismo para financiar algunas de sus operaciones. En las Seychelles, por ejemplo, no sabemos cรณmo se seguirรก con la labor de protecciรณn del atolรณn de Aldabra porque esta labor estรก financiada en su totalidad por los ingresos del turismo”, ha subrayado.

“Cuando los ingresos del turismo caen de forma drรกstica, muchos sitios no pueden continuar con la labor de protecciรณn, o al menos con gran parte de estas actividadesโ€.

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