‘Estamos camino a Marte. Excelente’, afirmó el director general de la ESA, Jan Woerner tras el despegue del cohete Protón M.
El lanzamiento se produjo sin incidentes a las 09.31 GMT y se espera que el cohete Protón-M llegue a Marte en octubre, cuando la cápsula espacial se dividirá en dos partes.
El satélite Trace Gas Orbiter se dedicará a estudiar los gases de la atmósfera marciana, mientras que el módulo Schiaparelli se posará en la superficie de ese planeta para validar la tecnología de aterrizaje para la segunda y más compleja parte del programa, ExoMars 2018.
Los científicos europeos y rusos, que planean esta misión desde el año 2000, tendrán que esperar siete meses para confirmar que el programa se desarrolla según sus cálculos, aunque los primeros síntomas de alivio llegarán nueve horas después del lanzamiento, cuando el módulo superior de la nave se despoje de los últimos propulsores y envíe a la Tierra la primera señal que confirme que se encuentra en ruta hacia su destino.
Después, la nave continuará su viaje hasta el planeta rojo y, una vez en sus inmediaciones, expulsará la sonda Schiaparelli, un laboratorio de 600 kilos que atravesará la atmósfera marciana, se desprenderá de sus escudos de protección y se dejará caer en la superficie con la ayuda de un paracaídas y de un sistema de propulsión líquida.