El esqueleto de un niño pequeño y fragmentos cerámicos denominados ‘burdos’, datados entre 600 y 1.000 años, fueron hallados por arqueólogos en el distrito Chaquiago, a unos 240 kilómetros al oeste de la ciudad de Catamarca, informó el Museo Arqueológico ‘Samuel Lafone y Quevedo’, de Andalgalá.
El rescate de los restos humanos y cerámicos precolombinos demandó dos jornadas de intensos trabajos, hasta dar con el esqueleto de un niño de entre dos y cuatro años.
El director del Museo, el arequeólogo David Alvarez Candal, precisó que el esqueleto del niño no está en buenas condiciones porque estaba desarticulado y solamente se encontraron algunas partes, pues estaba enterrado en las cercanías de las raíces de un árbol y de una acequia, que dañaron el contexto funerario.
El hallazgo se produjo en la finca ‘El Puesto’, de la familia Porras, en Chaquiago, que dio aviso al Museo, dependiente de Cultura y de la Escuela de Arqueología de la Universidad Nacional de Catamarca.