Las tres elefantas del ex zoológico porteño ahora tienen más tierra para moverse y revolcarse. Mientras preparan el traslado de la primera de las tres a un santuario en el Mato Grosso, la dirección del Proyecto Ecoparque trabajó para enriquecerles el recinto y aliviar la espera hasta que puedan llevarlas a un destino mejor. Armaron montículos para que se recuesten y les pusieron troncos de árbol para que jueguen.
El ministro de Modernización de la Ciudad, Andy Freire, dio una noticia alentadora: Mara será la primer elefanta en ser trasladada a un santuario ubicado en el Mato Grosso, en Brasil.
Su preparación requerirá 135 pasos, incluyendo su lento acostumbramiento a la caja que será su habitáculo durante un viaje de una semana por tierra.
‘No se sabe cuánto tiempo puede llevar la adaptación. Por ahora empezamos el proceso de exploración sobre cómo será trasladada. Hay que acostumbrarla a vivir dentro de una caja’, explicó el funcionario.
Mientras tanto, en el Ecoparque se abocaron a mejorar su recinto para que pasen el tiempo lo mejor posible. El cambio fundamental fue cambiarles el sustrato. El anterior estaba tan compactado que parecía sólido.
Para reemplazarlo trabajaron con retroexcavadoras, que distribuyeron grandes cantidades de tierra traída en volquetes. No sólo cambiaron el suelo: también dejaron montículos para que puedan acostarse, revolcarse, jugar o darse baños terrosos con un soplido de su trompa. Porque en la naturaleza, los elefantes se cubren de tierra para protegerse del sol y de los insectos.