Las pajitas (popotes, pitillos, bombillas, cañitas) de plástico, los bastoncillos de algodón y los platos desechables son solo los ejemplos más llamativos. Pero la idea de prohibir todos los productos desechables fabricados con plástico cada vez suena con más fuerza.
El Reino Unido acaba de anunciar su prohibición y se acaba de filtrar el borrador de la directiva europea que haría lo mismo en todo el continente a partir de agosto.
Si hace unos días hablábamos de Hawái prohibiendo (varios productos químicos presentes en la mayoría de) las cremas solares, hoy la política ambiental está dándole vueltas a esto. Y no es extraño, según las estimaciones cada año se desechan 46.000 millones de botellas de plástico, 36.400 millones de pajitas, 16 mil millones de vasos desechables y 2.500 millones de recipientes alimentarios de un solo uso.
Mientras que Theresa May anunció la decisión prohibir este tipo de productos porque ‘los desechos plásticos son uno de los mayores desafíos ambientales que enfrenta el país’. El texto del borrador reconoce que con regulando un número muy limitado de objetos se reducirían el 86% de los plásticos que se encuentran en las playas de la Unión.
Todo parece indicar que puede tener un impacto realmente importante en la limpieza de ríos, playas y océanos. Un buen ejemplo de esto es que, como explicó May, el resto de iniciativas que han ido introduciendo (la tasa de las bolsas de plástico, el depósito de botellas de plástico o la prohibición de microperlas en los productos de limpieza) ya se están notando en los niveles de plásticos de las aguas del Reino Unido.