Su rostro de mirada un tanto perdida es el reflejo de su andar lento y vida relajada. El perezoso es una especie que vive la mayor parte de su existencia en lo alto de los árboles, aislado del suelo y del ritmo salvaje de la naturaleza. Habita en los bosques tropicales de Centro y Sudamérica y las pocas ocasiones que baja a tierra lo hace solo para defecar.
Muchas personas se sienten atraídos por este animal cuya existencia sobre la faz de la Tierra es más antigua de lo que se puede pensar. Hace unos 11 mil años habitaron perezosos en América del Norte que llegaron a pesar varias toneladas. Tanto, que podían llegar a ser tan grandes como un elefante.
Se alimentaban de hojas de los árboles, apoyándose sobre sus patas traseras para alcanzar el follaje. Este método para alcanzar su alimento fue determinante para que adquirieran los rasgos que en la actualidad los caracterizan.
¿Por qué los perezosos se mueven tan lento?
Al tener una dieta exclusiva basada en hojas de los árboles, obtienen escasas calorías y nutrientes de ello. Por lo tanto, “deben tener una tasa metabólica muy lenta para hacer frente a esta ingesta baja en calorías», explica Camila Mazzoni, del Instituto Leibniz para el Zoológico y la Investigación de la Vida Silvestre de Berlín, Alemania.
En promedio, los perezosos viajan poco mas de 34 metros por día (esto equivale a menos de la mitad de la longitud de un campo de fútbol). Se arrastran a un ritmo tan lento que en su piel crece un alga verde, conocida como Trichophilus, la cual sólo se da en el pelaje de los perezosos. Esta alga les ayuda a protegerse y camuflarse contra los depredadores (en especial, el jaguar).
Un actividad en la que suelen moverse mucho más rápido es al nadar, lo cual es vital para su supervivencia. Las junglas tropicales suelen inundarse a causa de las fuertes lluvias, provocando áreas anegadas. Gracias a sus habilidades al nadar, este animal puede ponerse a salvo de las corrientes de agua.
Cuál es el hábitat de los perezosos
Se distribuyen en las junglas tropicales de Centro y Sudamérica, pasando la mayor parte del tiempo en lo alto de los árboles donde se alimentan de las hojas y se mantienen a salvo de los depredadores.
Cómo es la vida de estos animales
Para ellos, el descanso y la vida lenta lo es todo. Duermen unas 15 horas al día, por lo tanto, solo dedican unas nueve horas de actividad en los árboles. Mantienen una temperatura corporal baja de unos 30°C-33°C y entran y salen de la sombra para regular su temperatura corporal.
Tienen la costumbre de subir hasta lo alto de la copa de un árbol por la mañana para obtener algo de energía del sol. Cuando sienten mucho calor, se vuelven a esconder en la sombra de los árboles.
Su vida podría resumirse como un ciclo de sueño, alimentación en sus casas de los árboles y cuidarse de sus depredadores.
No siempre fue una especie vegetariana
Como decíamos, en la prehistoria, el perezoso era muy distinto a como lo conocemos hoy. Las seis especies que habitan el mundo en el presente llevan una dieta por completo vegetariana, algo radicalmente opuesto al Mylodon, un perezoso terrestre gigante que vivió en Sudamérica hasta hace unos 10.000 o 12.000 años. Esta especie no era por completo vegetariana, ya que a veces se alimentaba de carne animal, además de plantas.
Los fósiles hallados de estos antiguos perezosos muestran que recorrieron enormes paisajes desde Alaska hasta el extremo sur de Sudamérica. El Mylodon darwinii, también conocido como «perezoso terrestre de Darwin», pesaba entre 2.200 y 4.400 libras. Alcanzaba alturas de casi 3 metros.
Otras fuentes nos hablan de un megaterio hallado en Argentina, en la región de la Pampa, que alcanzó los 5 metros de longitud y las 6 toneladas de peso, algo que lo hacía comparable a los más grandes elefantes. Su hocico era estrecho y tendría una larga lengua con la que se alimentaba de las ramas de los árboles. Algunos expertos creen que podría haber sido carnívoro y que desgarraba a sus presas con ayuda de sus largas uñas.
