Qué son los manglares y por qué hay que conservarlos

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Los manglares, como extensos bosques de altos árboles cuyas raíces llegan enmarañadas hasta los extremos de sus copas, se encuentran entre los ecosistemas más productivos del mundo. Cuando se gestionan de forma sostenible, pueden ser el sustento de vida de millones de personas y, al mismo tiempo, cumplir un rol fundamental en el almacenamiento de grandes cantidades de carbono y en la reducción de la vulnerabilidad de las regiones costeras a fenómenos extremos. Así lo afirma un informe de la Conferencia Internacional sobre la Sustentabilidad de los Manglares, que sirve de referencia para generar conciencia en el Día Mundial de la Protección de los Manglares, que se celebra cada 26 de julio.

La fecha, creada en 2015 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), busca llamar la atención sobre el papel integral de los ecosistemas de manglares, que aunque pasen desapercibidos ocasionalmente en las estrategias de preservación del medio ambiente, son únicos, raros y extremadamente ricos en biodiversidad.

La alerta por el estado de conservación de los manglares está justificada ya que, según la UNESCO, están desapareciendo entre tres y cinco veces más rápido que la pérdida global de bosques, lo que conlleva graves impactos ecológicos y socioeconómicos. Además, continúa la organización, las estimaciones actuales indican que la cobertura mundial de manglares se ha reducido a la mitad de la superficie original en los últimos 40 años.

¿Qué son los manglares?

En el libro Los manglares y nosotros (Edusp, 2003), la bióloga Marta Vannucci, una de las pioneras en estudios oceanográficos en Brasil y responsable de más de 100 publicaciones científicas sobre los manglares, describe los bosques de este ecosistema como “grandiosos, únicos y maravillosos”.

En su obra se encuentra también una detallada definición de cómo funcionan: “Al igual que otros bosques, no hay suelo que pisar. Durante la marea alta, el bosque se inunda y, cuando la marea retrocede, deja tras de sí una caótica maraña de raíces de todo tipo, cubiertas de mucílago, líquenes y algas que también crecen en las ramas y emergen del barro, donde es posible hundirse hasta las rodillas, si hay espacio suficiente para apoyar los pies”.

Las palabras de Vannucci son una descripción poética de un lugar que funciona como transición del medio marino al terrestre, habitual en las regiones tropicales y subtropicales donde la vida está controlada por el ritmo de las mareas, como explica el oceanógrafo y biólogo marino Octavio Aburto, quien también forma parte del equipo de exploradores de National Geographic.

Los manglares, típicamente costeros, prosperan en los estuarios, es decir, “lagunas o zonas inundadas que se forman cuando el agua dulce de los ríos y arroyos desemboca en el océano y se mezcla con el agua salada del mar”, detalla Aburto a través de una videollamada con este medio. Esta característica, según el biólogo, aporta cualidades únicas a los manglares, que no se encuentran en otros ecosistemas, como puede ser la presencia de especies adaptadas a entornos con agua salobre (aquellos en los que los niveles de sal son más altos que los de los ríos y más bajos que los del mar).

La más típica es el árbol que inspiró el nombre del ecosistema: el mangle. Esta especie llama la atención por la forma única de sus raíces, que quedan expuestas por encima del suelo fangoso y forman complejas redes capaces de sostener los altos troncos y las copas llenas.

Dónde se encuentran los ecosistemas de manglares

Los manglares se encuentran en las costas de 123 naciones y territorios de todo el mundo, según la UNESCO. Sin embargo, aún se consideran ecosistemas atípicos, ya que representan menos del 1% de todos los bosques tropicales y menos del 0,4% de las áreas boscosas del planeta.

Aunque están repartidos por todo el mundo, sólo un puñado de países alberga más del 70% de los manglares del planeta. “Indonesia, Australia, Brasil, México, Malasia, India, Papúa Nueva Guinea y Bangladesh concentran dos tercios de los ecosistemas de manglares del mundo. Se trata de lugares situados en el centro del trópico, con extensas costas y un clima cálido, esencial para el desarrollo de los manglares”, explica Aburto.

Según el estudio Atlas de los Manglares Brasileños, lanzado por el Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (ICMBio) en 2018, sólo en Brasil hay aproximadamente 14.000 km² de bosques de manglares a lo largo de la costa. Esto sitúa al país como el segundo con mayor extensión del mundo, con un 12% del total y sólo superado por Indonesia.

México, por su parte, según el Sistema Mexicano de Monitoreo de Manglares, tiene el 6% del total mundial, ocupando el cuarto lugar con unos 9.000 km².

¿Qué especies se encuentran en los manglares?

En su obra, Vannucci afirma que describir con precisión la fauna y la flora típicas de los manglares es casi imposible. La variedad es inmensa y depende de la estructura y composición de los bosques de manglares. “Varían según los factores geofísicos, geográficos, geológicos, hidrográficos, climáticos y edáficos, la historia del pasado reciente del lugar y las actividades humanas”, aclara el artículo titulado “Un regalo de las mareas”, del historiador Alex Gonçalves Varela, quien estudia la obra de la bióloga.

Monica Tognella, doctora en oceanografía, profesora y consejera del programa de postgrado en Oceanografía Ambiental de la Universidad Federal de Espírito Santo (UFES) hace la misma valoración que Vannucci en cuanto a la diversidad biológica encontrada en los manglares. Según la especialista, las especies que los habitan dependen de “los entornos marinos y terrestres que los delimitan”, lo que significa que también albergan la biodiversidad de los ecosistemas que rodean.

En la práctica, Tognella informa que es posible encontrar desde primates como los coatíes y los monos araña (Ateles), aves como el águila pescadora (Pandion haliaetus), reptiles marinos y terrestres como los caimanes, serpientes y algunos tipos de lagartos, hasta felinos como los jaguares en Sudamérica, o los tigres en los manglares de Bangladesh.

No obstante, hay animales y plantas comunes en estos ecosistemas: “Es factible encontrar una gran variedad de moluscos, crustáceos, cangrejos y camarones. Además de los mangles, que son únicos en estas regiones“, enumera el profesor.

Por qué los manglares son importantes para el medio ambiente

Al albergar una gran biodiversidad, los manglares también son responsables de una serie de servicios ecosistémicos que benefician tanto a los seres humanos como a las demás especies que habitan estos entornos. Como indica el explorador de National Geographic, Aburto, la importancia de los manglares va desde la protección de las costas y el control del clima, hasta su papel esencial en la reproducción de las especies.

“La maraña de raíces y el suelo rico en nutrientes forman un excelente vivero para muchos animales, en particular para los animales marinos que viven en las raíces sumergidas cuando son jóvenes y pasan a mar abierto cuando son adultos”, explica Aburto.

Otro servicio mencionado por los expertos y realizado por los manglares es la reducción de la vulnerabilidad de las zonas costeras a los peligros naturales. “Evita la erosión de las costas y protege cualquier infraestructura, ya sean casas, hoteles y otras urbanizaciones, porque puede frenar la fuerza de las olas y los temporales”, enfatiza el explorador. La UNESCO también hace hincapié en este punto. Según la organización, una franja de 500 metros de manglares puede reducir la altura de las olas que llegan a las costas entre un 50 y un 99%.

En cuanto al control del clima, los manglares también son importantes secuestradores de carbono. “Secuestran el CO² de la atmósfera 50 veces más rápido que cualquier otro árbol y lo almacenan en el suelo en una cantidad que puede ser hasta cinco veces superior a la de cualquier otro bosque”, afirma Aburto. Los datos de la UNESCO indican que una hectárea de manglar es capaz de almacenar 3.754 toneladas de carbono, lo que equivale a lo que emiten 2.650 coches en un año. “Por eso los manglares han sido considerados los grandes superhéroes que pueden ayudarnos a combatir el cambio climático”, afirma el explorador.

Por si todos estos factores no fueran suficientes para que los manglares se consideren esenciales para mantener el equilibrio medioambiental, el Atlas de los Manglares de Brasil agrega que también tienen un impacto en la supervivencia humana. El documento informa que aproximadamente 120 millones de personas de todo el mundo viven a una distancia mínima de 10 kilómetros de zonas de manglares importantes, y se benefician de ellas de varias maneras, como la pesca y la extracción de productos forestales, la obtención de agua potable y la protección contra la erosión y los fenómenos meteorológicos extremos. Además, el Atlas menciona que los manglares prestan servicios culturales como el recreo, los valores espirituales y religiosos y el turismo.

cuáles son las principales amenazas

El ecosistema de los manglares está constantemente en jaque debido a las necesidades antrópicas, es decir, a las humanas. Así lo demuestra la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN, por sus siglas en inglés), que advirtió sobre los daños provocados por la extracción insostenible de leña y alimentos (cangrejos, langostas, peces, camarones, etc.), la eliminación de la vegetación autóctona para cultivos agrícolas, como el arroz, la caña de azúcar y las palmeras (extracción de aceite de palma), y la construcción de carreteras, inmuebles y grandes urbanizaciones turísticas. “La agricultura, la ganadería y especialmente la cría de camarones, son los principales problemas, porque entran en conflicto con las zonas de manglares lo que impulsa la deforestación“, subraya Aburto.

Según la UICN, en los últimos 20 años, se ha producido una pérdida global del 36% de los manglares. Sólo en Brasil, agrega el Atlas, se ha destruido el 25% de estos ecosistemas desde principios del siglo XX. La situación es especialmente grave en las regiones del nordeste y el sudeste de Brasil, que presentan un alto nivel de fragmentación y donde, según estimaciones recientes, ya no existe alrededor del 40% de lo que fue una extensión continua de manglares.

Cómo ayudar a la conservación de los manglares

“El primer paso es saber más sobre ellos”, reflexiona el explorador sobre cómo proteger los manglares. Para el experto, al ser un medio que se da en pocas zonas del planeta, algunas personas desconocen su existencia, lo que dificulta las acciones colectivas de conservación. “Muchas personas consumen productos que provienen o dependen de los manglares, pero nunca han oído hablar de este ecosistema. ¿Cómo se puede proteger algo que no se conoce?”, se pregunta Aburto.

En este sentido, Tognella comparte la misma opinión y señala la importancia de informar a la sociedad, en general, y a las comunidades que dependen de estos ecosistemas: “Debemos establecer un diálogo entre los estudios científicos que muestran cómo los entornos intactos son más beneficiosos que la eliminación de los manglares, influyendo en los esfuerzos colectivos para la conservación“.

Por su parte, Aburto explica que la responsabilidad de difundir información sobre los manglares recae principalmente en los científicos y estudiosos de los países que abarcan la mayor parte de los manglares del mundo. “Deberíamos fomentar más esfuerzos de comunicación porque es en nuestro patio trasero donde están estos ecosistemas”, sostiene el explorador, quien se incluye a sí mismo en dicho compromiso.

Otras posibles acciones para proteger los manglares, según los expertos, están relacionadas con el consumo consciente. “Saber de dónde vienen los alimentos que consumimos y cómo se producen, por ejemplo, es una forma de proteger estos ecosistemas, teniendo en cuenta que la producción de camarones y aceite de palma para la alimentación es una de las principales causas de la deforestación de los manglares”, dice el explorador, y añade: “Exigir producciones más sostenibles y que las empresas, como los grandes hoteles, no destruyan las zonas de manglares son también acciones con las que el ciudadano puede comprometerse”.

Por último, los expertos consultados también afirman que la celebración del Día Mundial de la Protección de los Manglares es una forma de concientizar sobre la conservación de estos ecosistemas. “Compartir e informarse sobre el valor de los manglares para el ser humano y el medio ambiente es una forma de promover cada vez más su protección y uso sostenible”, concluye Aburto.

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