Científicos rusos e indios encontraron una especie de alga verde que sería un indicador adecuado para cuantificar los residuos de polímeros en el mar Negro. El hallazgo también podría permitir determinar cuánto tiempo puede estar el plástico en el agua.
La tarea de determinar la edad del plástico es muy difícil y todavía no se encuentra la solución, señalaron los investigadores. Se centraron en la búsqueda del medio que permitiría saber la edad de la contaminación marina por plásticos.
“Nuestra idea original era investigar la relación entre el tiempo que el plástico ha estado en el mar y el grado de contaminación biológica [presentes] en las aguas costeras del mar Negro”, explicó Vladímir Mujánov, jefe del departamento de plancton del Centro Federal de Investigación del Instituto Kovalevski de Biología de los Mares del Sur de la Academia Rusa de Ciencias.
Sobre cualquier superficie sólida sumergida en agua salada o dulce, se puede formar rápidamente una fina película orgánica.
En cuestión de horas, a esta estructura se adhieren miles de células bacterianas que pueden formar un ecosistema microbiano complejo en unos pocos días.
El proceso de “crecimiento excesivo” de fragmentos de plástico con micro y macroorganismos marinos depende de una gran cantidad de condiciones.
Por lo tanto, los investigadores indican que no es posible predecir el tiempo de permanencia los polímeros en el agua debido a la cantidad total de materia viva que se han acumulado en estas partículas.
No obstante, Mujánov señaló que sería posible elegir una especie indicadora que se asiente inmediatamente en la superficie estudiada y que se pueda desarrollar bien tanto en verano como en invierno la cual podría servir como un “cronómetro” del plástico en el mar.
Esta especie podría ser la Phycopeltis arundinacea que se halla en la superficie de los polímeros.
Como un reloj, la alga verde Phycopeltis arundinacea sería capaz de mostrar el tiempo que pasa una determinada pieza de plástico en el agua. Esta alga habría sido encontrada en el mar euroasiático hace ya una década y media.
El equipo de investigadores publicó un artículo con los resultados del trabajo en Chemosphere.
