La biodiversidad es “la amplia variedad de plantas, animales y microorganismos existentes”, según señala la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Pero hay que tener en cuenta que el concepto también refiere a “las diferencias genéticas dentro de cada especie, así como la variedad de ecosistemas (lagos, bosques, desiertos, campos agrarios) que albergan múltiples interacciones entre sus miembros y su entorno (agua, aire, suelo)”.
En ese sentido, Raúl Montenegro, profesor de Biología Evolutiva Humana en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba, ganador del Premio Nobel Alternativo y presidente de la Fundación para la Defensa del Medio Ambiente (Funam), explicó: “La biodiversidad se refiere tanto a la diversidad de especies como a la diversidad genética en cada una de las poblaciones de esas especies. En general, en cualquier ecosistema de alta biodiversidad hay miles de especies coexistiendo, desde virus, bacterias y hongos hasta, por ejemplo, grandes vertebrados, plantas verdes, invertebrados, miles de especies. En el caso de la especie humana, somos simplemente una más de esa biodiversidad”.
El término fue usado por primera vez en 1986. Fue la contracción de “diversidad biológica” que encontró Walter G. Rosen para referirse a este concepto durante la planificación de lo que luego sería el Foro Nacional (estadounidense) sobre Biodiversidad. “Posteriormente, mutado temporalmente como ‘BioDiversidad’, se utilizó como título de las actas de esa reunión. No se intentó definir el término con precisión, aunque su uso se extendió”, contó Sahotra Sarkar, profesor de la Universidad de Texas especializado en Filosofía de la Ciencia en un artículo llamado “De la diversidad ecológica a la biodiversidad” publicado en 2008.
¿Dónde se encuentra la biodiversidad?
Según un estudio publicado en 2011 por el científico colombiano Camilo Mora y profesor de la Universidad de Hawái, Estados Unidos, en el planeta existen 8,7 millones de especies, pero solo se conoce una pequeña proporción. “Solo se han identificado 1,3 millones de especies, lo que significa que aproximadamente el 86% de las especies terrestres y el 91% de las marinas aún no se han descubierto”, explicó el experto al presentar el estudio, que es considerado como uno de los censos de especies más serios hechos hasta el momento.
Pero, ¿dónde están esos millones de especies? La biodiversidad, entendida como todos los organismos existentes y sus variedades genéticas, se encuentra en la biosfera, la delgada capa del planeta Tierra donde se desarrolla la vida. El término proviene del griego bios, vida, y de sphaira, esfera.
Se calcula que tiene alrededor de 20 kilómetros, si se consideran su altura y su profundidad. Esto se debe a que hay zonas en la atmósfera donde el aire comienza a tener poco oxígeno e imposibilita la vida, por un lado, y porque en las zonas oscuras de los océanos hay poca luz y bajas temperaturas.
Para Montenegro, es el estado de la biosfera lo que debería despertar una gran preocupación. “Se dice que ‘el planeta está en peligro’, pero lo que está en peligro es la biosfera, es donde se encuentra la biodiversidad. El problema es que la biosfera puede vivir tranquilamente sin el ser humano, pero el ser humano no puede vivir sin la biodiversidad. Esto es importante porque a nivel global hay conciencia sobre el cambio climático, pero la pérdida de biodiversidad tienen la misma gravedad o mayor”.
¿Por qué hay pérdida de biodiversidad?
- La pérdida de biodiversidad refiere a la extinción o disminución de especies en un determinado ecosistema, un daño que puede resultar irreversible o no, dependiendo del grado de degradación ambiental. Numerosos científicos reconocen que la alteración sufrida por los ecosistemas terrestres desde 1945 fue mucho más rápida y profunda que la ocurrida previamente durante la humanidad, motivo por el cual se conoce a esta época como “la Gran Aceleración” o “Antropoceno”, término que utilizó en el 2000 el científico Premio Nobel de la Química, Paul Crutzen, para dar cuenta del daño de la acción humana sobre la vida en la Tierra.
El informe “Planeta Vivo 2022″ realizado por la World Wildlife Found (WWF) muestra un descenso medio del 69% en la abundancia poblacional relativa de especies animales de todo el planeta entre 1970 y 2018. Latinoamérica registra el mayor declive regional de la abundancia poblacional media con un 94% y, en cuanto a especies, las poblaciones de agua dulce muestran un mayor descenso general a nivel mundial (83%).
Pero, ¿cuáles son las causas de esta situación? Según enumera la Cepal, las principales presiones antropogénicas que causan pérdida de la biodiversidad y afectan a los servicios ecosistémicos son:
- la destrucción del hábitat
- la sobreexplotación y extinción de especies y poblaciones
- las invasiones biológicas por especies exóticas invasoras
- el cambio climático
- la contaminación
“La pérdida de biodiversidad se produce por muchos factores. Sin embargo, el más importante es el cambio de uso de suelo, la agricultura y ganadería, tanto a nivel terrestre como la acuicultura a nivel acuático”, asegura por su parte el fundador de la Funam, y continúa: “Los cambios en el suelo -realizados con desmonte, fuego y sustancias herbicidas- han transformado ecosistemas de alta biodiversidad con miles de especies interrelacionadas y el resultado de millones de años de evolución. Han sido reemplazados por ecosistemas productivos donde hay una sola especie protegida, que son las que se utilizan en sistemas de monocultivos”.
¿Qué es la Convención sobre la Diversidad Biológica?
Frente a la inminente destrucción de ecosistemas en todo el mundo, han sido varias las respuestas a nivel institucional que se han llevado adelante para intentar frenar esta situación. La Convención sobre la Diversidad Biológica (CBD, por sus siglas en inglés) es un tratado multilateral que entró en vigor el 29 de diciembre de 1993. Sus objetivos son “la conservación de la diversidad biológica (o biodiversidad), la utilización sostenible de sus componentes, y el reparto justo y equitativo de los beneficios derivados de los recursos genéticos”. Tiene dos acuerdos complementarios, el Protocolo de Cartagena y el Protocolo de Nagoya y su finalidad es colaborar con el desarrollo de estrategias nacionales para la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica.
En tanto, el 19 de diciembre de 2022 se desarrolló la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (COP15) en Montreal, Canadá. Contó con la participación de 188 países y se llegó a un acuerdo para orientar las acciones mundiales en favor de la naturaleza hacia 2030.
Entre los principales puntos del encuentro, se destacan: “Conservar y gestionar de manera eficaz al menos el 30% de las zonas terrestres, de aguas continentales y costeras y marinas; restaurar de manera efectiva el 30% de los ecosistemas terrestres, costeros, marinos y de aguas continentales; y movilizar al menos US$ 200.000 millones anuales de fuentes públicas y privadas para la financiación de la ejecución de planes y estrategias relativas a la biodiversidad”.