La producción y el consumo de alimentos está generando graves consecuencias en el planeta. Nuestro sistema alimentario ha causado el 80% de la deforestación y el 70% de la pérdida de biodiversidad en ecosistemas terrestres. Sin embargo, 4 de cada 10 alimentos producidos en el mundo, nunca llegan a consumirse.
A esta situación se suma que el consumo mundial de alimentos por sí solo podría agregar casi 1°C al calentamiento global para el año 2100, debido a las altas emisiones de gases de efecto invernadero, según una investigación publicada recientemente en la revista Nature.
El estudio explica que durante el proceso de producción de alimentos hay diferentes actividades que están contribuyendo a la emisión de estos gases. Por ejemplo, el CO2 se emite principalmente a partir de la producción de productos provenientes de animales y el arroz. La energía que requiere la maquinaria para el cultivo y transporte de alimentos es generador de dióxido de carbono.
Actualmente, la agricultura es responsable de aproximadamente el 15% de los niveles de calentamiento actuales. Además, la investigación señala que el 75% del aumento de la temperatura es impulsado por alimentos que son fuentes altas en metano, es decir, carnes, lácteos y arroz.
Lo que más preocupa de esta situación es que solo un tercio de los países hacen referencia a las medidas de mitigación de la agricultura en las contribuciones a nivel nacional al Acuerdo de París, que busca reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el aumento de la temperatura global en este siglo a 2 °C, e incluso esforzarse lo suficiente para que el aumento no sea mayor a 1,5°.
“Mitigar las emisiones del sector alimentario es esencial para trabajar hacia un futuro climático seguro”, dijo a la AFP la autora principal del estudio, Catherine Ivanovich, estudiante de doctorado en la Universidad de Columbia en Nueva York.
De acuerdo con el estudio, el 55 % del calentamiento previsto “puede evitarse mediante mejoras simultáneas en las prácticas de producción, la adopción universal de una dieta saludable y la reducción del desperdicio de alimentos a nivel de consumidores y minoristas”.
Adoptar una dieta óptima para la salud humana en todo el mundo, usar energías renovables en lugar de combustibles fósiles para obtener energía y reducir el desperdicio de la comida reduciría en un 25% esta tendencia.
Los investigadores señalan que si bien los resultados del estudio ya deben generar alerta, es necesario que se siga investigando este tema porque proporcionará orientación para que los diferentes gobiernos y autoridades aumenten sus esfuerzos de mitigación del cambio climático.