La soberanía alimentaria es un paradigma de producción y consumo de alimentos que no está centrado en la dependencia del capital. Es decir, parte de la base de que el capital no es imprescindible para poder alimentarnos bien. Existen países que están haciendo la transición hacia la soberanía alimentaria, entre ellos destaca Países Bajos.
Las recientes elecciones regionales de Países Bajos han supuesto una verdadera revolución en el mapa político del país. El Movimiento Campesino-Ciudadano (BoerBurgerBeweging–BBB) que defiende los intereses del mundo rural se ha convertido en la fuerza política más votada. El país de los tulipanes, los molinos y las bicicletas ha experimentado una auténtica revolución en respuesta a las restrictivas políticas agrarias de su Gobierno.
“En el contexto del sistema alimentario actual, con todas sus fallas y vulnerabilidades, creemos que es importante tener más control sobre los alimentos que compramos y consumimos. Los alimentos no tienen que ser tratados estrictamente como una mercancía. El acceso a los alimentos no tiene que depender de sistemas logísticos impenetrables, y los empaques abrumadores no tienen que ser la norma. El acceso a alimentos de alta calidad, orgánicos y asequibles es muy importante para nosotros, y creemos que debería estar disponible para todos”, aseguran desde Biobulkbende, la primera cooperativa de alimentos orgánica autónoma en Róterdam.
Creada en 2019 e inspirada en la cooperativa de alimentos de Ámsterdam Vokomokum, la cooperativa de Park Slope y muchas otras, la soberanía alimentaria parte de la base de que el capital no es imprescindible para poder alimentarnos bien.
¿Qué es una cooperativa de alimentos?
Una cooperativa es un colectivo donde todos comparten la carga de trabajo en beneficio del conjunto. Una cooperativa de alimentos es un grupo de personas que compran alimentos de proveedores (locales) de su propia elección. Un supermercado colectivo de hágalo con otros.
Los miembros realizan pedidos colectivos a proveedores y distribuidores locales. Esto significa que se acercan lo más posible a los precios mayoristas eliminando a los intermediarios y haciendo pedidos al por mayor.
La cooperativa existe solo a través de la cooperación de los miembros involucrados. No hay ganancias y todos en la comunidad contribuyen de forma voluntaria.
Qué conlleva ser miembro
En una cooperativa, todos contribuyen con una pequeña parte de su tiempo y energía (3 horas por mes aproximadamente) y pagan una cuota de membresía para mantenerla funcionando. Esto les permite acceder a alimentos orgánicos de alta calidad, directamente de los productores y/o distribuidores, a precios mucho más bajos que en el supermercado.
Como miembro de la cooperativa, todos tienen voz sobre cómo debe funcionar, cómo se toman las decisiones y qué dirección tomar juntos. Siempre, de acuerdo con los valores previamente establecidos:
- construir una comunidad
- compartir alimentos orgánicos
- obtener ingredientes que no se producen a través de ninguna explotación de mano de obra y son amigables con el medio ambiente
- obtener alimentos frescos de agricultores locales y proveedores de la región
- acceder a productos secos y enlatados de proveedores de alimentos orgánicos.
Lo ocurrido en Países Bajos puede ser el detonante para que la sociedad reaccione y obligue a las administraciones a cambiar y reconocer la necesaria labor que realizan los agricultores en la conservación del medio ambiente, la alimentación, la creación de empleo y la lucha contra la despoblación rural.