El 2 de junio se firmará un Convenio con el Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL – CONICET) y la Dirección de Recursos Naturales, dependiente del Ministerio de Turismo para la reintroducción de las importantes especies (Guacamayo Rojo y Muitú) en la provincia de Corrientes.
Esta reintroducción de las especies se llevará a cabo principalmente en la Reserva Natural Provincial Iberá, de forma conjunta con el Centro de Conservación de la Fauna Silvestre “Aguará”, que será el lugar de reproducción, adaptación y tránsito de las especies que serán liberadas y reintroducidas en la provincia.
El objetivo de este importante proyecto es restaurar una población reproductiva y sustentable de Guacamayos Rojos y Pavo Maitú en un área de distribución histórica de la especie en la Reserva Provincial del Iberá, Provincia de Corrientes. Con el apoyo de una red de expertos e instituciones dedicados a la conservación ex situ (mantenimiento de algunos componentes de la biodiversidad fuera de sus hábitats naturales) en Argentina, entre ellos, Adrián Di Giacomo y Cecilia Kopuchian, junto al CECOAL – CONICET y la Dirección de Recursos Naturales, a cargo de Santiago Faisal, se reintroducira una población de cada especie en lugares aptos de la provincia.
Los guacamayos, como ocurre con otras aves de gran tamaño, suelen ser especies muy perseguidas, ya sea para el comercio de mascotas y/o por considerarlas perjudiciales para la agricultura. En algunas regiones también existe un importante uso de plumas coloridas de guacamayos para diversas decoraciones o atuendos. Una presión intensa de captura o cacería es el denominador común de todas las extinciones conocidas de guacamayos y loros, especialmente en islas de todo el planeta.
El guacamayo rojo o (Ara chloroptera) es una especie de ave de la familia de los loros, atraen la atención por espectacular colorido, y su llamado estridente con el que se comunican durante el vuelo.
Muitú (Crax fasciolata), se trata de una especie de pava de monte que se encuentra en peligro de extinción y de difícil observación en los pocos lugares de nuestro país que habita (Chaco-Formosa-Misiones). Su población resulta vulnerable a causas de la caza furtiva y el tráfico de su carne. Es de hábito solitario, salvo en la época reproductiva.