Hay motivos mĆ”s que suficientes para maravillarse por los pulpos. Sabemos que son capaces de resolver problemas complejos, que requieren de un intenso entrenamiento diario para no caer presa de la pereza mental, que son extremadamente hĆ”biles sorteando a sus presas, y que han desarrollado la habilidad para emplear armamento cuando la situaciĆ³n lo requiere. Bajo cualquier prisma, son inteligentes.
ĀæPero tambiĆ©n sueƱan?
A priori, es lo que podrĆa indicar un vĆdeo bastante llamativo. Grabado hace algunos aƱos en el Butterfly Pavilion, un zoo dedicado a animales invertebrados en exclusividad, muestra a un pulpo durmiendo y cambiando de color de forma brusca y frenĆ©tica. El animal, un dos manchas del Caribe, experimenta rĆ”pidas transiciones cromĆ”ticas en pleno reposo. Como si soƱara.
Hay que tener en cuenta dos cosas. Primero: es habitual que los pulpos cambien de color. Casi todos los pulpos cuentan con cromatĆ³foros, cĆ©lulas muy frecuentes en diversas especies acuĆ”ticas que tienen la capacidad de reflejar luz. Pese a ser incapaces de percibir el color visualmente, los pulpos se valen de otras cĆ©lulas complementarias para adaptar los pigmentos de su piel al terreno. Y asĆ camuflarse.
Segundo: hay al menos un cefalĆ³fodo cuyo sueƱo sĆ ha sido registrado por la ciencia. Se trata de los sepĆidos (sepias, chocos y demĆ”s alegres compaƱeros). En 2012 un grupo de investigadores de la Universidad de Washington State observĆ³ cĆ³mo los ojos de las sepias tendĆan a desarrollar movimientos oculares muy rĆ”pidos y horizontales mientras dormĆan, de forma similar a los humanos. Al igual que en nuestro caso, correlacionaba con una espontĆ”nea actividad neuronal.
Como explica uno de los autores del estudio en Atlas Obscura, las sepias analizadas entonces tambiƩn mostraban errƔticos cambios de color.
ĀæSueƱan los pulpos con ovejas elĆ©ctricas?
ĀæSignifica eso que los pulpos tambiĆ©n sueƱan, es decir, que tambiĆ©n cambian de color durante sus periodos de descanso fruto de su actividad REM? Es una asunciĆ³n muy aventurada a partir de un vĆdeo, pero ofrece ciertos indicios. Como explica otro experto en Live Science, la ciencia aĆŗn no ha aglutinado la suficiente evidencia como para afirmar que las sepias o los pulpos atraviesan fases REM.
Otros estudios apuntan en la misma direcciĆ³n. Uno publicado en 2011 por investigadores de la Universidad de Lethbridge analizĆ³ el sueƱo de los pulpos y descubriĆ³, entre otros hallazgos, que tendĆan a cambiar de color (“mitad y mitad”) durante sus fases de descanso. TambiĆ©n escogĆan rincones predilectos para dormir, acomodaban su postura y mostraban ciclos circadianos bien definidos.
MĆ”s allĆ” de su capacidad para soƱar, sĆ es evidente que los pulpos poseen una intensa actividad neuronal. Su morfologĆa es fascinante: al contrario que los humanos, el cerebro de los cefalĆ³podos no estĆ” centralizado, sino que en su lugar se reparte entre diversas redes neuronales. Se trata de un sistema nervioso que descentraliza la inteligencia del animal en sus tentĆ”culos, multiplicando su poder.
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