El rincón de México con la colonia reproductiva de lobo fino más importante del mundo

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En las costas de Baja California se encuentra un rincón de México que juega un papel crucial en la conservación de la biodiversidad marina global. Esta región es hogar de la colonia reproductiva más importante del lobo fino de Guadalupe, una especie que ha encontrado en sus aguas su refugio natural y sitio de procreación.

Ubicado a unos 260 kilómetros al oeste de la península de Baja California, el lugar se destaca no sólo por su asombrosa belleza, sino también por su relevancia ecobiológica. Además alberga miles de lobos marinos cada año constituyendo una de las mayores concentraciones de estos mamíferos en el planeta.

Cómo se llama este lugar

Isla Guadalupe es una isla volcánica que se formó en el océano Pacífico hace millones de años, pero su actividad volcánica se detuvo hace 11 millones de años. Tiene un terreno muy montañoso y escarpado, con una longitud de 34.5 kilómetros y un ancho de 11 kilómetros.

La mayor parte del borde de la isla (alrededor del 99%) está formada por acantilados que superan los 200 metros de altura.

En la parte norte de la isla, hay una antigua caldera volcánica, ahora fragmentada y rodeada de paredes rocosas. Además, los acantilados de basalto en esa zona son golpeados constantemente por las olas del océano, que vienen del noroeste.

En 2005 fue declarada Reserva de la Biosfera y es un área natural protegida reconocida por su riqueza biológica y su belleza paisajística.

La biodiversidad única de Isla Guadalupe se debe a varios factores físicos. Uno de los principales es su ubicación, donde se mezclan las aguas frías y nutritivas de la Corriente de California con las cálidas del Pacífico sur. También influye su aislamiento del continente, su origen volcánico, además, el clima mediterráneo de la isla favorece la diversidad de plantas.

Sin embargo, la isla ha sufrido graves impactos humanos en tiempos recientes. Hasta principios del siglo XIX, Isla Guadalupe permaneció casi intacta.

A principios del siglo XIX, la carne, piel y grasa del lobo fino fueron altamente cotizadas y al cazarlo sin control el ser humano lo llevó al borde de la extinción, de acuerdo con el video El lobo fino de Isla Guadalupe de Ciencia UNAM de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Los cazadores también introdujeron especies exóticas como cabras, perros, gatos y ratones, además de plantas que han sido una amenaza para el ecosistema.

“Actualmente, en la Reserva de la Biosfera Isla Guadalupe se presentan 1,753 especies nativas de diversos grupos taxonómicos, de las cuales 65 están incluidas en alguna categoría de riesgo… y 60 son endémicas de México. El total de especies reportado no incluye las 68 especies exóticas e invasoras registradas hasta el momento en el ANP” menciona el manual de Modificación del Programa de Manejo Reserva de la Biosfera Isla Guadalupe del Gobierno de México

El lobo fino de Guadalupe

El lobo fino de Juan Fernández es un mamífero marino robusto con una cabeza y hocico puntiagudos que son de color gris con un toque amarillento.

Los machos son más grandes, midiendo alrededor de 2 metros y pesando unos 200 kilogramos, mientras que las hembras son más pequeñas, con 1.5 metros de longitud y un peso de alrededor de 60 kilogramos.

Las hembras maduran sexualmente entre los 3 y 4 años, y los machos lo hacen un poco más tarde, a los 5 años, de acuerdo con el libro Lobo fino de Guadalupe del Programa de Acción para la Conservación de la Especie del gobierno de México.

La época de reproducción ocurre entre mediados de junio y agosto, y se lleva a cabo en la tierra o en aguas poco profundas. En esta especie, los machos son polígamos, lo que significa que un solo macho se aparea con varias hembras en su territorio, que puede incluir de seis a diez hembras.

En cuanto a su dieta, el lobo fino se alimenta principalmente de calamares y en menor medida de peces. Los calamares que más consumen son de la especie Onychoteuthis banksii, mientras que los peces que prefieren son del tipo Scomber japonicus.

La isla Guadalupe es el hogar de una población estable de estos animales, sus playas rocosas son cruciales a nivel mundial para la reproducción y el cuidado de las crías de esta especie. Antes de ser cazados intensivamente, los lobos finos de Guadalupe habitaban una zona mucho más amplia, desde la Isla Socorro en México hasta la Bahía de Monterey y el Golfo de los Farallones en California, EEUU.

Se estima que había entre 30,000 y 200,000 individuos antes de su explotación. Sin embargo, la caza intensiva desde finales del siglo XVIII hasta principios del siglo XX redujo la población a sólo siete individuos entre 1890 y 1920, lo que limitó su distribución a la Isla Guadalupe.

Hoy en día, las colonias reproductivas de los lobos finos se concentran en el este y sur de la isla, en áreas protegidas del clima duro del noroeste, que se caracteriza por fuertes vientos y olas.

Sin embargo, estos lobos enfrentan varias amenazas, principalmente por la actividad humana: muchos se enredan en desechos marinos, redes y líneas de pesca, lo que afecta especialmente a los lobos jóvenes, como se ha observado en varamientos de estos animales en las costas de California.

El lobo marino fue evaluado en 2014 para la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). El lobo fino está catalogado como preocupación menor gracias al incremento de su población.

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