Un equipo de investigadores en Filipinas identificó un nuevo uso para los residuos generados en la fermentación del tapuy, un vino de arroz tradicional del país, es considerado un superalimento. Este subproducto, conocido como “lees”, demostró estar cargado de antioxidantes con potenciales beneficios para la salud. El hallazgo, publicado en la revista Discover Food, abre la posibilidad de transformar un residuo en un suplemento nutricional valioso.
El tapuy es una bebida fermentada a base de arroz, cuyo proceso de producción involucra un iniciador de fermentación denominado bubod. Durante la fermentación, se generan los lees, un residuo compuesto principalmente por restos de arroz fermentado, levaduras y otros microorganismos. Hasta ahora, este material se consideraba un desperdicio, pero el estudio reveló que podría tener un alto valor nutricional.
Los científicos analizaron diferentes cultivos de fermentación para identificar cuál generaba lees con mayor concentración de compuestos beneficiosos. Descubrieron que un cultivo con altas concentraciones de las especies Rhizopus oryzae, Mucor indicus y Saccharomyces cerevisiae producía lees particularmente ricos en polifenoles, antioxidantes presentes en alimentos como el vino y el chocolate.

Pruebas en modelos animales
Para evaluar los efectos de este residuo, y superalimento, en la salud, los investigadores alimentaron con lees a gusanos de la especie Caenorhabditis elegans, un organismo ampliamente utilizado en estudios científicos debido a su transparencia y corto ciclo de vida. Los resultados fueron alentadores: los gusanos alimentados con este residuo experimentaron un aumento significativo en su esperanza de vida y mostraron una mayor producción de huevos viables.
Aunque los resultados en C. elegans son prometedores, aún queda por determinar si estos beneficios pueden trasladarse a los seres humanos. Los modelos animales ofrecen pistas valiosas sobre el potencial de un compuesto, pero el metabolismo humano es mucho más complejo, y la interacción con otros alimentos puede modificar sus efectos.
Este descubrimiento plantea la posibilidad de reaprovechar residuos de la industria alimentaria para mejorar la nutrición y reducir el desperdicio. Mientras se llevan a cabo más estudios para evaluar su seguridad y efectividad en humanos, el hallazgo abre nuevas oportunidades en la investigación de alimentos funcionales y sostenibles. Filipinas, país pionero en la innovación con el arroz dorado, podría nuevamente revolucionar la forma en que aprovechamos los recursos agrícolas.

Desarrollan una nueva variedad de arroz: consume la mitad del agua que el tradicional
La variedad de arroz Jaspe Flar representa un avance significativo para la agricultura local. Fue desarrollada tras 12 años de investigación por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), en colaboración con el Fondo Latinoamericano de Arroz Bajo Riego (FLAR) y la industria nacional Carozzi-Tucapel.
Esta variedad se adapta a las nuevas condiciones climáticas con menos agua y mayor eficiencia.
Bajo condiciones de riego por goteo, mostró, según informaron, rendimientos de hasta 10 toneladas por hectárea. Además, al cultivarse sin inundación, se logra una reducción en las emisiones de metano, uno de los principales gases de efecto invernadero asociados a la producción de arroz.
Fuente: Xataka.
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