El Parlamento de Francia aprobó una ley que reconoce a los animales como ‘seres vivos y sensibles’.
Anteriormente eran considerados sólo una propiedad, bajo un código civil que se remonta a la época napoleónica.
La legislación fue adopatada después de una campaña masiva de bienestar animal y un prolongado debate.
A la ley se opuso el partido de la oposición Unión para un Movimiento Popular, que hizo un poderoso lobby en el sector agrícola diciendo que su aprobación podría imponer demasiadas restricciones a la cría de ganado.