El primer ministro chino, Li Keqiang, ha afirmado que la lucha contra la contaminación seguirá siendo una de las prioridades de su gobierno y ha prometido duros castigos contra las firmas o individuos que incumplan las leyes medioambientales con excesivos niveles de contaminación o vertidos.
Debemos asestar duros golpes a los culpables de vertidos y emisiones clandestinas para que paguen un alto precio por ello”, ha advertido Li en su discurso anual sobre la labor del Gobierno y los objetivos para 2015, leído ante los miembros de la Asamblea Nacional Popular.
El jefe de Gobierno ha prometido también “exigir de forma estricta responsabilidades a quienes se muestren indulgentes” con las violaciones de las leyes medioambientales, a fin de que todos ellos “sean castigados como se merecen”.
Li ha lanzado sus advertencias en un momento en el que la contaminación de grandes ciudades chinas como Pekín se ha convertido, junto a la corrupción, en una de las grandes preocupaciones de la sociedad.