Analizan mudar a los walabís para evitar su extinción

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Antes de la colonización europea de Australia, el walabí cola de cepillo de las rocas -Petrogale penicillata- se extendía por los terrenos rocosos y de bosques de todo el sureste del país, desde el estado de Nueva Gales del Sur, pasando por Victoria, hasta Queensland. Sin embargo, la distribución actual de la especie, restringida tan solo a las zonas más surorientales del continente, es el resultado de una combinación de amenazas pasadas y presentes.

Por ejemplo, en la actualidad, depredadores invasores, principalmente el zorro rojo europeo -Vulpes vulpes- son quienes representan la mayor amenaza para el walabí de cola de cepillo de las rocas. Estos han restringido a la especie a tan solo algunos escasos refugios rocosos bastante inaccesibles para los zorros, además de limitar la conectividad entre las distintas colonias de Petrogale penicillata, ya que se trata de animales susceptibles a la depredación en áreas abiertas.

Como resultado de esta y otras presiones, una de las principales consecuencias observadas en la especie ha sido el aumento de la endogamia, lo que unido además a la pérdida de hábitat, la degradación de los ecosistemas que habita, la introducción de herbívoros domesticados y la caza por su carne y piel, ha llevado a que más de medio millón de estos walabí perecieran en Nueva Gales de Sur tan solo durante los primeros 30 años del siglo XX.

A todo ello hemos de añadir que los recientes megaincendios acontecidos en Australia los cuales arrasaron con casi el 40% del hábitat del walabí de las rocas de cola de cepillo. Estas amenazas, junto con la posible sombra de extinción que se cierne sobre población más septentrional de la especie, la cual, con aproximadamente 40 individuos en la naturaleza es genéticamente muy distinta, ha hecho del walabí de cola de cepillo de las rocas, un candidato perfecto para una translocación de conservación.

En gestión de vida silvestre se conoce como translocación o relocalizaciónal translado desde un individuo a poblaciones concretas de una especie, desde un determinado lugar geográfico donde habitaba de forma silvestre a otro área silvestre alternativa. Y este ha sido precisamente el enfoque adoptado por el equipo liderado por Barry W. Brook de la Escuela de Ciencias Naturales y del Centro de Excelencia para el Patrimonio y la Biodiversidad Australiana de la Universidad de Tasmania, quienes en el estudio titulado Roughing it: terrain is crucial in identifying novel translocation sites for the vulnerable brush-tailed rock-wallaby (Petrogale pencillata) que se publica esta semana en la revista Open Science de la Royal Society se valieron de un modelo de distribución para identificar las ubicaciones idóneas para la translocación del walabí de cola de cepillo de las rocas.

Walabís contra zorros

“Nuestros modelos exhibieron una alta precisión predictiva y muestran que la rugosidad del terreno, un sustituto de los refugios ante los depredadores, era la variable más importante a tener en cuenta a la hora de reubicar a la especie”, declaran los autores. En este sentido, Tasmania, donde actualmente no habitan walabí de cola de cepillo de las rocas, mostró una alta idoneidad: “no tiene zorros, lo que lo convierte en un sitio candidato prometedor” continúan.

Según defienden los investigadores, las predicciones de su estudio ilustran la escasa disponibilidad de áreas desocupadas idóneas para Petrogale penicillata. “Las áreas continentales con alta idoneidad que actualmente no contienen walabís de roca de cola de cepillo como las cordilleras de Yarra y el cinturón de arenisca de Queensland central, pueden ser lugares de riesgo para las translocaciones, dado que la primera alberga una gran población de zorros y en la segunda ya esta presente otra especie de walabí , Petrogale herberti.

Además, experiencias previas como la llamada Translocación de los Grampianos demostraron el papel de los zorros en el fracaso del intento, destacando la necesidad de que en los futuros lugares de liberación los zorros se encuentren ausentes o bajo altos niveles de control.

Walabí busca casa y buenos vecinos

En este sentido, la mitad oriental de Tasmania mostró una alta idoneidad ya que casi con total seguridad se encuentra libre de zorros, lo cual hace de la isla una candidata prometedor como lugar de acogida. Sin embargo, un gran inconveniente de Tasmania como posible ubicación de translocación es la ausencia de especies ecológicamente similares. Hasta el momento, no hay evidencia fósil de que ninguna especie de Petrogale haya habitado Tasmania durante el Cuaternario tardío.

El traslado de una especie, por motivos de conservación a un área que nunca antes había ocupado se denomina “migración asistida” (o colonización asistida) y se considera el procedimiento de translocación de más riesgo debido principalmente a las consecuencias ecológicas desconocidas a las que podrían darse lugar. Por ejemplo, los walabís de cola de cepillo de roca, se alimentan de forma mixta, consumiendo pastos, hierbas y arbustos, lo que induce a los científicos a pensar en los daños potenciales que podría exhibir la especie en el nuevo territorio, ejerciendo, por ejemplo, una nueva presión de ramoneo y dañando la vegetación nativa.

Sin embargo, los resultados del estudio de Brook muestran que pese a los riesgos, la reducción incesante de las poblaciones de walabís de las rocas durante el último siglo, agravada por los incendios forestales recientes, ha creado una necesidad de su translocación, que Tasmania cumple las garantías como sitio receptor, y que la necesidad de una intervención de conservación directa es clara. También que la barrera oceánica entre la isla y el continente, lo cual impide cualquier movimiento natural entrambos, podría ser suficiente para evitar que los walabís se conviertan en especies invasoras, tal como demostró la experiencia en translocaciones pasadas llevadas a cabo en Nueva Zelanda y Hawaii.

Un factor importante en este sentido es la presencia de predadores. Esta demostró también en experiencias previas ser fundamental para que la introducción del walabí no resulte perjudicial en el nuevo ecosistema. En la isla de Tasmania no hay zorros, pero los investiadores han encontrado que el demonio de Tasmania, el marsupial carnívoro más grande en la actualidad, podría ejercer este papel de control de las poblaciones de walabí , restringiendo su distribución a las zonas rocosas de la isla.

La penúltima prueba

Para disipar las preocupaciones sobre las consecuencias negativas no deseadas de una translocación, los científicos proponen en su estudio una translocación de prueba a la isla María, la cual se encuentra en alta mar al este de Tasmania podría ser el primer paso. La Isla María, es una ínsula de 9.650 hectáreas que cuenta con la categoría de Parque Nacional, y que tiene secciones de terreno rocoso empinado, con dos montañas de más de 600 metros ideales para la especie.

Si las partes interesadas lo aprueban, la translocación del walabí de cola de cepillo de las rocas podría tener lugar con relativa rapidez, ya que ya existe un programa de cría en cautividad. El asunto es urgente, sobre todo si el objetivo es evitar la extinción de algunas de sus poblaciones, que están estimadas en unos 80 individuos de los cuales solo la mitad se encuentran en estado salvaje. Puede ser una de las últimas oportunidades para la especie, y pasa por buscarle un nuevo hogar, aunque eso si, exista la necesidad de una tutela, al menos temporal, para estudiar como la especie se adapta a su nuevo hábitat.

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