Según explica Alan Wilson, experto en biomecánica del aparato locomotor en la Universidad de Londres (Reino Unido), midiendo la energía que producen sus músculos en relación con su tamaño, y comparándola con la que genera el velocista Bolt, ha comprobado que la potencia muscular de este felino cuadriplica a la del humano más veloz del mundo.
Lo extraordinario en estos casos era que los animales podían acelerar hasta 3 m/s de una zancada, y su habilidad en maniobras de inicio de carrera, frenada, pivoteo y giro durante un sprint superaba a la de cualquier otro animal conocido. Mientras que una moto puede girar un ángulo de 45º a alta velocidad, para un guepardo es relativamente fácil realizar un giro de hasta 50º. Los autores lo atribuyen, entre otras cosas, a que este felino cuenta con patas rugosas y unas garras no retractables les permiten aferrarse al suelo mientras realizan cambios de dirección a alta velocidad.