Investigadores portugueses han demostrado por primera vez que los peces tienen estados emocionales desencadenados por la forma en que perciben los estímulos ambientales.
Este estudio revela que la capacidad de evaluar los estímulos emocionales puede tener una base neurológica más simple de lo esperado que se conservó a lo largo de la evolución animal.
La evaluación de un estado emocional no es una tarea fácil. Mientras que en los humanos las emociones se sienten conscientemente y se pueden verbalizar, no hay forma de comprobar si los animales pueden sentir emociones.
Pero un estado emocional es más que un sentimiento. Se caracteriza por cambios conductuales, fisiológicos, neurológicos y genéticos. Por lo tanto, es posible realizar pruebas para inferir si la respuesta a un determinado estímulo está asociada con un estado emocional.
Estudios previos sugirieron que algunos animales, a saber, los primates y otros mamíferos, muestran estados emocionales, sin saber si este proceso es consciente o no. Ahora, el equipo dirigido por el investigador Rui Oliveira, decidió investigar si los peces, animales ‘más simples’ que están más distantes de los humanos en la escala de evolución, responden emocionalmente a los estímulos de su entorno.
Las pruebas se llevaron a cabo en besugos después de que los peces fueron sometidos condiciones favorables o adversas que podrían desencadenar un estado emocional. Contrariamente a lo que se espera en una respuesta no emocional, los investigadores observaron que los peces respondieron de manera diferente al mismo estímulo dependiendo de la forma en que evaluaban el estímulo.
Las reacciones emocionales fueron monitoreadas mediante la evaluación de la interacción o las conductas de escape entre los peces, midiendo los niveles de cortisol, una hormona del estrés, y evaluando las áreas del cerebro que se activaron y que se sabe que están asociadas con estados emocionales positivos y negativos.
‘Esta es la primera vez que se muestra que los peces pueden desencadenar respuestas fisiológicas y neuromoleculares en el sistema nervioso central en respuesta a estímulos emocionales basados en la importancia que ese estímulo tiene para los peces’, explicó Rui Oliveira.