Japón es uno de los tres países que sigue cazando ballenas, argumentando que es una parte importante de su cultura e historia, y proporciona seguridad alimentaria.
Situación Actual y Justificaciones
Japón ha justificado la caza de ballenas bajo el pretexto de la “investigación científica”. Después de retirarse de la Convención Internacional para la Regulación de la Caza de la Ballena en 2018, Japón reanudó la caza comercial. En sus aguas territoriales, está permitida la caza de tres especies de ballenas, incluyendo el rorcual boreal y el rorcual aliblanco.
Demanda y Críticas
La carne de ballena, que alcanzó su pico de consumo después de la Segunda Guerra Mundial, se considera hoy un platillo de lujo en Japón. Sin embargo, el interés y la demanda han disminuido drásticamente.
Según el Ministerio de Pesca, se consumen entre 1.000 y 2.000 toneladas de carne de ballena anualmente, comparado con más de 230.000 toneladas en la década de 1960.
La ballena ha desaparecido de la gastronomía nipona, y el japonés medio sólo consume 40 gramos anuales. Su caída coincide con un retroceso del pescado en la dieta nacional: Japón consume hoy 24 kilos de pez per cápita, frente a los 31 de carne.
Preocupaciones por la Salud
Los científicos han expresado preocupaciones sobre los riesgos del consumo de carne de ballena. Esto es debido a los altos niveles de mercurio, lo que podría ser peligroso para mujeres embarazadas y niños pequeños.
Alternativas y Opiniones
El grupo de conservación marina World Cetacean Alliance argumenta que la observación de ballenas es una industria mucho más exitosa y sostenible que la caza de ballenas.
La caza comercial de ballenas en el siglo XXI es considerada injustificable por muchos, dada la baja demanda y la inexistencia de un mercado sólido para la carne de ballena en Japón.
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