La sorprendente oleada de alcas, el pájaro que parece un pingüino pero no lo es, en el Mediterráneo

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La sorprendente llegada masiva a las costas del Mediterráneo de alcas, el ave del hemisferio norte que se parece a los pingüinos de la Antártida (pero no lo son) lleva de cabeza a los ornitólogos en las últimas semanas, especialmente por el lamentable estado con el que han llegado. El ‘alca torda’ (‘gavot’ en catalán), de habitual distribución atlántica, tiene representantes dispersos cada verano las aguas mediterráneas, pero habitualmente en alta mar.

Pero este año los temporales han arrastrado una cantidad inaudita hacia el Mediterráneo. Y su estado de debilidad ha hecho que se les pueda avistar mucho más fácilmente de lo habitual en los puertos y playas de toda la costa catalana, y ahora también en islas como Mallorca y Córcega. Muchos de ellos, muertos o agonizantes.

Los observadores de pájaros han reaccionado inicialmente con entusiasmo ante la posibilidad de fotografiar estas aves, de comportamiento pelágico, es decir, que solo suele tocar tierra en primavera para reproducirse en sus zonas de cría, en acantilados el Atlántico norte, o llevados por el mal tiempo a las costas Cantábricas, pero no tanto en el litoral mediterráneo.

Pero los ornitólogos advierten que no es precisamente una buena noticia. El Institut Català de Meteorologia, por ejemplo, ha contabilizado este mes 458 ejemplares vivos y 24 muertos, el 5,2% de las observaciones, mientras que en todos los años acumulados de observaciones en Catalunya se habían avistado 1.170 ejemplares, y solo uno de ellos muerto.

Su presencia ha empezado a ser registrada en varios puertos catalanes. Y según recoge la agencia de noticias AFP, esta semana también se han observado varios ejemplares de ‘Alca torda’ en Córcega, como en la paya de Ajaccio.

“Desde hace una semana y media, hemos sido notificados de cuatro individuos, dos vivos y dos muertos, en Córcega. La población de estos animales está muy presente este año”, afirma Amandine Pericard, directora del centro de cuidado de la vida silvestre ‘U Pettirossu’, en una entrevista con AFP. “Hay una población invernante de alcas en el mar Mediterráneo pero este año hay bastantes ejemplares que se han acercado a la costa, es bastante excepcional”, subraya la experta en relación a estos avistamientos.

Este año, según señalan varios expertos, la afluencia inusual se observa desde España hasta el sureste de Francia. “Estas aves pelágicas normalmente solo llegan a la costa para reproducirse. El resto del tiempo se mueven por el mar abierto, por lo que es bastante sorprendente verlos aquí”, explicó a AFP Allain Bougrain-Dubourg, presidente de la Liga Francesa para la protección de las aves. Muchos de los ejemplares detectados hasta la fecha llegan en malas condiciones y, en gran parte de los casos, acaban muriendo en las costas mediterráneas.

¿Desplazadas climáticas?

Todavía no está claro por qué estas aves están migrando hacia el Mediterráneo. Tampoco se sabe qué les provoca los desórdenes que las acaba llevando a la muerte. Según explica Bougrain-Dubourg, hay diferentes hipótesis que podrían explicar este fenómeno. Una posible explicación es la siguiente. En el norte del continente, estas aves tienen dificultades de alimentación, en parte debido a la escasez de recursos pesqueros. Esto, sumado al avance del calentamiento global, estaría provocando que las aves tengan que viajar mucho más para lograr encontrar los peces para alimentarse.

Otra hipótesis que podría explicar este fenómeno sugiere el siguiente escenario. Debido al auge de los fenómenos meteorológicos extremos, así como de las violentas tormentas y los fuertes vientos, las poblaciones de estas aves podrían haberse visto desplazadas de sus hábitats habituales. Estas condiciones extremas, además, podrían estar debilitando a los ejemplares. De ahí las imágenes que muestran el débil estado de estos pájaros al llegar a las costas mediterráneas.

Sea cual sea la razón que ha llevado a estos animales a las costas mediterráneas, los expertos alertan de que estos animales podrían ser un reservorio de enfermedades. “Muchas aves endémicas como la ‘alca torda’, que no tienen contacto directo con los humanos, han sido atacadas por la gripe aviar. Quizás fueron infectadas por las gaviotas que hacen de nexo entre la tierra y las áreas de reproducción. Por eso es muy importante no tocar estos animales”, destaca Allain Bougrain-Dubourg.

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