Casi de casualidad, un equipo de científicos descubrió un dato sorprendente sobre una variedad de insectos. Los abejorros que pueden sobrevivir bajo el agua hasta una semana.
La capacidad de estos animales llevó al desarrollo de un estudio que se publicó hace pocos días en la revista Biology Letters. Lo novedoso para los especialistas es que se trata de una especie terrestre, no preparada para la vida acuática.
Para comprobar la premisa detectada, los investigadores seleccionaron 143 abejas reinas de la especie Bombus impatiens y las ubicaron en el interior de unos tubos con tierra.
Insectos bajo el agua: así fue el estudio
El estudio lo llevaron a cabo científicos de la Universidad de Guelph en Canadá, sumergieron accidentalmente en agua a abejorros reina hibernantes comunes del este. Los resultados los asombraron, dado que sobrevivieron.
El autor, Nigel Raine, es profesor de la escuela de ciencias ambientales de la universidad. “Estos son organismos terrestres, no están realmente diseñados para estar bajo el agua”, dijo en diálogo con CNN.
Este trabajo tira por la borda las ideas que cualquiera tenía acerca de las capacidades de los insectos. Incluso, protegerse de algunos de esos animales dentro del agua es algo que muchas personas tenían como consigna desde hace años.
Las abejas seleccionadas para el estudio fueron inducidas a lo que se conoce como diapausa, es decir, a un estado fisiológico de inactividad a través de su refrigeración durante siete días.
Después de esa semana, se añadió agua a los tubos: a algunos ejemplares eran de control y no se les echaba agua, a otras se las obligaba a estar sumergidas y a otras se las dejaba flotar. Esto se experimentó con diferentes tiempos, que variaban entre las ocho horas, las 24 horas o los siete días, y con condiciones similares a las que tendrían que soportar para pasar el invierno.
Terminado el tiempo, trasladaron a los insectos a nuevos tubos con tierra y se almacenaron durante ocho semanas refrigerados. El ratio de supervivencia de las abejas reina fue del 89,5% y apenas variaba entre los distintos tiempos o regímenes de inmersión.
Como resultado, los investigadores concluyeron que la habilidad que tienen las abejas de la especie Bombus impatiens para soportar la inmersión puede alcanzar hasta una semana. Esta capacidad las haría resistir en sus hábitat naturales, incluso en áreas donde las inundaciones pueden arrasar colonias enteras de otras especies de insectos.
Uno de los puntos más interesantes de esto es la explicación de los científicos. Los insectos no tienen pulmones, y su sistema respiratorio y circulatorio están completamente separados. Estos animales suelen respirar por lo que se conoce como espiráculos, en especie de apertura en sus exoesqueletos que permite hacer llegar el oxígeno a la tráquea y extenderlo por sus tejidos.
Entonces, a diferencia del ser humano, son capaces de respirar mucha más cantidad de oxígeno y realizar intercambio de gases, entre dióxido de carbono y oxígeno, al poder abrir y cerrar sus espiráculos. Esto significa que pueden permanecer mucho más tiempo sin recibir oxígeno.
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