Tragedia en el Hipódromo de Rosario: caballo sacrificado tras quebrarse las patas delanteras

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El caballo sacrificado tras quebrarse las patas delanteras y el jinete fue despedido. Inmediatamente, el animal intentaba pararse y no podía, y se vivieron momentos de angustia en el Hipódromo de Rosario.

El incidente ocurrió en plena competencia, muy cerca de las gradas donde se encontraba el público. En la tercera largada, casi llegando a la meta, el caballo cayó, lanzando al jinete al suelo, quien salió ileso. Sin embargo, el animal sufrió graves heridas que le impidieron mantenerse en pie.

Un video que se viralizó en redes sociales muestra cómo el caballo sacrificado tras quebrarse las patas y quedó imposibilitado de levantarse en plena carrera. Acto seguido, fue recostado y cubierto con un biombo, y un veterinario lo sacrificó mediante una inyección eutanásica.

La polémica con los Hipódromos: ¿El caballo tiene que ser sacrificado o puede recuperarse?

“Cuando un animal de gran porte tiene una fractura expuesta no tiene otra solución, hay que sacrificarlo,” explicó Oscar Barattucci, entrenador e hijo del jockey Ángel Barattucci, en diálogo con La Capital. “Es un animal muy grande. Ya trasladarlo a un quirófano es difícil. Y después hay que tenerlo colgado para que haga reposo. No tiene remedio, hay que sacrificarlo. Lo duermen, es eutanásico, y descansa en paz,” señaló el entrenador.

“Como no se podía parar, lo tapamos con un biombo, lo dormimos y finalmente se lo retiró con una carreta especial que hay. No fueron más que cinco o seis minutos,” relató Barattucci.

El entrenador explicó que cuando “el hueso rompe el cuero y sale afuera,” esa herida no puede curarse. “El caballo no puede estar colgado en reposo cinco o seis meses. Si se lo enyesa, le puede agarrar una gangrena o una infección. Se va a morir igual, pero sufriendo,” argumentó.

Barattucci agregó que, por año, se pueden producir “una o como mucho dos” fracturas expuestas en las carreras organizadas por el Hipódromo de Rosario, y las razones están vinculadas a la propia disciplina: en plena competencia el animal puede pisar mal y lesionarse gravemente.

El entrenador rosarino aclaró que, en caso de que el caballo sufra una fractura simple, no se lo sacrifica: se procede a enyesar la herida y esperar su recuperación.

Una vez más, la polémica se instala en la opinión pública, la exigencia y utilización del animal que termina pagando las consecuencias, mientras que los fanáticos del turf, hacen negocios ganando dinero, con las vidas de los caballos.

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