Uruguay: Un informe sobre industria avícola revela crueldad animal

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La delegación uruguaya de la organización animalista española Libera realizó un informe sobre la industria avícola en Uruguay, en el que consulta a diferentes empresarios del país sobre el proceso de producción de huevos e indaga en la cantidad de pollitos macho que son ‘descartados’ día a día cuando se crían las gallinas ponedoras.

El informe, de hecho, comienza con la imagen de una bolsa de basura con cientos de pollitos muertos y algunos vivos, que un empleado de una productora intentó tirar en la basura en Pocitos. Se trata de los machos descartados cuando se crían gallinas ponedoras de huevo. Como no tienen utilidad (no se crían para producir carne) y las productoras no se hacen cargo de ellos, se sacrifican miles por semana.

En el reporte, hablan los responsables de la productora Ala y de Ecologito. ‘Detrás de cada huevo que comés hay un macho que murió’, asegura Alfredo Ebbero, responsable de la productora de huevos Ecologito.

‘No le pongas ninguna duda que esto es crueldad animal’, dijo Ebbero. ‘En todas las granjas hay crueldad, la lechera, la ganadera, pero como no lo ven se comen el asadito’, agregó.

Según el avicultor, se puede producir reduciendo el sufrimiento pero hay aspectos que no tienen solución. Ecologito se autoproclama en el reporte como la única productora que trabaja con gallinas ‘libres de jaulas’ (free range) en Uruguay. La empresa se presenta a sí misma como compasiva hacia los animales en su sistema de producción.

Según él, el 80 por ciento de los huevos en nuestro país se produce en jaulas. ‘Es como que te encierren en un ascensor desde que nacés y te mueras ahí’, dijo Ebbero, que asegura luego: ‘me he ganado toda la avicultura en contra por tratar de cambiar las cosas’.

Sacrificios y matanzas

Asumió que si bien sus gallinas viven libres de jaulas ‘en gallineros’, tienen que ser despicadas (se les corta el pico para que no se ataquen entre sí) y son faenadas cuando ya no pueden poner más huevos.

Ebbero habló sobre la cantidad de pollitos machos que mueren sistemáticamente luego de apenas nacidos; asfixiados, hacinados en bolsas de basura o triturados.

‘No es mi negocio, son cosas separadas, las incubadoras es donde nacen los pollitos (…) a mí me llegan las hembritas a mí granja al otro día de nacidas. Yo no los mato’, dijo.

Explicó que para que él pueda comprar un lote de -por ejemplo- diez mil gallinas ponedoras tienen que haber muerto aproximadamente la misma cantidad de machos en la incubadora.

Los machos recién nacidos no pondrán huevos y su genética no está predispuesta para que sus cuerpos crezcan tanto como para que sean beneficiosos a la industria, por ejemplo, como carne.

Los machos se matan el mismo día que nacen. ‘Todas las incubadoras hacen lo mismo en Uruguay y en el mundo’, dijo Ebbero.

‘Para solucionar este problema la humanidad no debería comer más huevo. Punto. No tiene solución. Eso no quita que no sea crueldad. La única manera de eliminar esa crueldad es que nadie en el mundo coma más huevo de acá para toda la vida. Ahí no se mata más. Pero si vos comés un huevo, cada huevo que vos comés, atrás hay un macho que murió’, concluyó Ebbero.

‘La única solución es que no comamos más huevos de acá al resto de la vida (…) no se puede. ¿Cómo hacés? ¿Qué hacés con los machos?’, insistió.

El video que adjuntamos a continuación se centra en conversaciones telefónicas con las distintas fuentes y ‘no en las imágenes de los pollitos asfixiados que pueden herir sensibilidades’, asegura Libera, que llama a los consumidores a conocer esta información para decidir si ‘quieren o no ser parte de este proceso’.

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