Una nueva especie de lagartija fue descubierta en la provincia de Neuquén. Única en el mundo, se trata de Liolaemus splendidus: “splendidus” significa brillante o reluciente en latín y remite al peculiar color del animal.
El hallazgo fue realizado por un equipo de investigadores compuesto por expertos del Instituto de Bio y Geociencias del Noroeste Argentino (Ibigeo), dependiente de la Universidad de Salta y el Conicet; del Museo Provincial Patagónico de Ciencias Naturales “Juan Carlos Salgado” (MPCN), de la Fundación Patagónica de Ciencias Naturales (FPCN) y del Instituto Universitario Patagónico de las Artes (IUPA). Estas tres últimas instituciones pertenecen a la provincia de Río Negro.
“Este descubrimiento amplía nuestro conocimiento sobre la biodiversidad de la región. Además, estudiar a Liolaemus splendidus nos proporciona valiosa información sobre su evolución y adaptación al ambiente patagónico. Esta especie representa un avance importante para la conservación de la biodiversidad y contribuye al establecimiento de medidas específicas de protección”, indicaron desde el MPCN.
Esta especie de predominante coloración corporal verde brillante es endémica de la provincia de Neuquén. Su peculiar patrón de coloración permite distinguirla fácilmente de otras especies relacionadas. Según explicaron los expertos, Liolaemus splendidus se adapta a suelos rocosos, es vivípara, omnívora y de tamaño mediano a grande –un máximo de 96 milímetros, sin contar la cola– con una robusta estructura corporal.
“El hallazgo de esta nueva especie es importante por varias razones. En primer lugar, amplía el conocimiento sobre la biodiversidad de la región y nos brinda una mejor comprensión de la ecología y evolución de los reptiles en esta área. Además, descubrir y describir nuevas especies es fundamental para la conservación de la biodiversidad, ya que no podemos proteger aquello que desconocemos”, sumó Soledad Ruiz, de Ibigeo-Conicet.
El trabajo de descripción de la nueva especie –realizado por Ruiz, junto a Pablo Chafrat, Matías Quipildor, Soledad Valdecantos y Fernando Lobo– fue publicado en la tapa de la edición de septiembre de la revista científica Cuadernos de Herpetología, de la Asociación Herpetológica Argentina.
“Otro factor importante del descubrimiento de Liolaemus splendidus radica en su potencial científico. El estudio de su comportamiento, fisiología y genética proporciona valiosa información sobre las adaptaciones al ambiente patagónico y los procesos evolutivos de este grupo de lagartos en general”, agregó Chafrat, responsable del Museo Patagónico.
Liolaemus es el género con mayor número de especies de lagartos descriptas en América del Sur hasta la fecha, con aproximadamente 290, recuerda la publicación en Cuadernos de Herpetología. La nueva especie fue hallada en el departamento de Collón Curá, 8 kilómetros al norte de Piedra del Águila.
Antecedente
Hace un mes, investigadores de diversas instituciones argentinas y del Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, Perú, anunciaron el descubrimiento de otra especie de lagartija en Neuquén, a la que llamaron Liolaemus kulinko. La palabra proviene de la lengua mapuche y significa “aguada”, en alusión al sitio de su hallazgo, en Aguada Pichana, en el Bajo de Añelo, provincia de Neuquén.
Esa nueva especie fue descrita por Cristian Abdala, Pablo Chafrat, Juan Carlos Chaparro, Iván Procheret, Julián Valdés, Vanina Lannutti, Laura Pérez y Sebastián Quinteros. El trabajo fue publicado en la revista científica European Journal of Taxonomy.
Según señalaron los investigadores, Liolaemus kulinko es psamófila (del griego “psammos”, arena, y “filos”, amigo), se adapta a suelos arenosos, es ovípara, insectívora, tiene un tamaño mediano a grande y su coloración es grisácea o marrón claro en algunos ejemplares.
En el marco de otra expedición liderada por Abdala, en 2002 habían descripto otra especie emparentada, la Liolaemus mapuche. Tal como indicaron desde Geólogos Asociados, en 2016 durante un trabajo de relevamiento se fotografiaron ejemplares de Liolaemus kulinko, pero se la confundió con la Liolaemus mapuche. Más tarde, Abdala reconoció las diferencias en el patrón de coloración y otros detalles morfológicos. Eso le permitió generar la hipótesis de que se trataba de una nueva especie.
El territorio neuquino tiene una de las tasas más altas de especies endémicas de reptiles en todo el país y el Bajo de Añelo es particularmente destacado: allí también habitan las especies Liolaemus cuyumhue, Liolaemus quinterosi y Liolaemus calliston.
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