En 2024 se podrían observar las mejores auroras boreales en 20 años

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Habían pasado tres décadas desde que el fotógrafo estadounidense Wesley Luginbyhl viera auroras boreales en su Texas natal. En la primavera de este año, las fotografió dos veces.

Una tormenta solar particularmente intensa (erupciones que impulsan partículas cargadas eléctricamente a gran velocidad lejos del sol) provocó que las auroras boreales se vieran en latitudes mucho más al sur de lo habitual, con avistamientos en Virginia, Arizona (ambos en Estados Unidos) y el sur de España.

Luginbyhl dice que nunca esperó captar más que un débil resplandor rojo en el horizonte en las fotos durante el evento de abril, pero mientras conducía hacia el norte desde Amarillo a Texahoma, “todo el horizonte norte tenía un resplandor”. Captó colores increíblemente brillantes (azul, rosa, rojo y verde) de la aurora, que, según dijo, estaba prácticamente sobre su cabeza.

En 2024, según los expertos, es posible que veamos aún más auroras en regiones donde normalmente no se observan. Esto se debe a que el Sol está alcanzando el pico (llamado “máximo solar”) de su ciclo de aproximadamente 11 años, en el que la actividad solar será mayor. Pero este máximo es aún más emocionante de lo habitual porque el último, en 2014, fue el más débil en un siglo, dice Mark Miesch, científico investigador del Centro de Predicción Meteorológica Espacial de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) en Colorado.

¿Significa eso que en 2024 se verán las mejores auroras de los últimos 20 años? Esto es lo que hay que saber.

Cómo ver las auroras boreales durante el máximo solar

Las auroras boreales aparecen en una región alrededor del polo magnético de la Tierra, llamada “óvalo auroral” o “zona auroral”, explica Don Hampton, profesor asociado de investigación del Instituto Geofísico de la Universidad de Alaska Fairbanks. Pero esa región cambia y fluctúa todo el tiempo, dependiendo de la fuerza del viento solar, una corriente de partículas cargadas procedentes de la atmósfera del sol que puede verse reforzada por las tormentas. Durante el máximo solar, los expertos esperan que los episodios en los que la zona auroral crece y es más activa se produzcan con mayor frecuencia.

“Cuando hay más energía, [la zona auroral] se hace más gruesa y se expande más al sur”, dice Hampton. “No creo que sea una predicción demasiado descabellada decir que la gente del medio oeste [de Estados Unidos] y quizá incluso del bajo medio oeste (paralelo 40) tendrá una buena oportunidad de ver auroras una o dos veces durante este ciclo solar, pero no hay garantías”, afirma. La península ibérica está entre el paralelo 43, en su punto más septentrional, y el 36, en extremo meridional, el paralelo 40 pasa por el centro a la altura de Madrid.

Las aplicaciones de predicción de auroras, como el Centro de Predicción Meteorológica Espacial de la NOAA, Aurora Alerts y My Aurora Forecast & Alerts, pueden ayudar a los cazadores a predecir cuándo será mejor ver la aurora boreal, así como cuánto se extenderá hacia el sur el óvalo auroral tras la actividad solar. Por término medio, las auroras son más frecuentes en torno a los equinoccios de marzo y octubre, afirma Magnus Wik, científico especializado en meteorología espacial del Instituto Sueco de Física Espacial.

Hay más factores a tener en cuenta en lo que respecta al momento y la ubicación: los cielos nublados o contaminados por la luz dificultarán o imposibilitarán la observación de las auroras.

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La dirección en la que mires también es importante, dependiendo de tu ubicación en relación con el óvalo auroral. “En Alaska, si tenemos una gran tormenta solar, miramos hacia arriba o hacia el sur”, explica Hampton. “En el Medio Oeste [o España], busca un campo y mira hacia el norte a ver qué puedes ver”.

No todas las auroras son iguales, advierte Miesch.

“En las raras ocasiones en que se puede ver bien en los Estados Unidos contiguos, suele ser un tenue resplandor rojo en el horizonte, ni de lejos tan espectacular como en las fotos y las películas”, dice.

La actividad solar y el máximo solar

El ciclo actual del sol, el Ciclo Solar 25, comenzó en diciembre de 2019. Se espera que la actividad en nuestra estrella más cercana alcance su punto máximo antes y con más fuerza de lo que la NOAA predijo previamente al comienzo del ciclo.

Las erupciones solares, las eyecciones de masa coronal y las manchas solares son solo algunos de los eventos solares que se espera que aumenten en frecuencia y fuerza en 2024, dice Wik.

Las manchas solares son zonas más oscuras y frías de la superficie solar en las que la fuerza magnética es mucho mayor que en otras partes del Sol. Hampton afirma que en este ciclo ya se han observado más manchas solares que en los últimos ciclos solares. Tanto las erupciones solares como las eyecciones de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) suelen producirse cerca de estas zonas y ambas expulsan energía al espacio.

“Máximo solar significa más tormentas, y durante las tormentas las auroras boreales se producen con más frecuencia, son más intensas, duran más y pueden extenderse a latitudes más bajas de lo habitual”, afirma Slava Merkin, físico espacial y director del Centro de Tormentas Geoespaciales del Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins en Estados Unidos.

Las auroras están causadas por la interacción del viento solar (una corriente de gas caliente magnetizado llamada plasma) con la magnetosfera (la región del espacio alrededor de la Tierra en la que domina el campo magnético de nuestro planeta), explica Miesch. Hay dos tipos de emisiones de plasma del Sol que causan auroras: las CME y las corrientes de viento solar de alta velocidad que también pueden causar tormentas geomagnéticas más débiles.

¿Cómo afectan las tormentas solares a la Tierra?

Aunque muchas tormentas solares envían ráfagas de viento solar en otras direcciones, las que golpean la Tierra pueden comprimir y distorsionar nuestra magnetosfera, la burbuja magnética protectora que rodea el planeta, explica Miesch.

Las condiciones de nuestra atmósfera exterior, incluida la magnetosfera, afectan a la tecnología en la Tierra de muchas maneras, dice el coordinador del Programa del Centro de Predicción de Meteorología Espacial de la NOAA, Bill Murtagh, incluyendo la interrupción de las funciones del GPS y la interferencia con los satélites en órbita baja.

Los niveles actuales de actividad solar son superiores a los de los últimos 20 años y aumentarán hasta 2024, lo que significa que habrá más tormentas de las que aprender, afirma Miesch.

“Cuanto más observemos estos fenómenos mejor los entenderemos y cuanto mejor los entendamos mejor podremos predecirlos”.

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