Hay bastante entusiasmo por el uso de mapas sonoros, los cuales predicen los movimientos de los cazadores furtivos. Se valen de registros gráficos, pero que ahora añaden sonidos para mejorar el conocimiento de los lugares.
La región del Iguazú: una extensa zona de selva
Estamos hablando de una extensión de 140.000 kilómetros cuadrados completos. Selvas, cascadas, montañas y una geografía compleja. Los guardabosques deben esforzarse para seguir los rastros de los cazadores furtivos.
En el Parque Nacional del Iguazú (territorio argentino) existe preocupación por la presencia de cazadores furtivos. Un ejemplo es la cacería del jaguar, del quedan menos de 300 ejemplares y que deben ser preservados.
Para moverse por una zona de 140.000 km², los guardabosques han adoptado una tecnología. Se valen de teléfonos digitales que captan imágenes y les dan mapas en tiempo real. Pero, ahora suma el uso de sonidos para saber lo que sucede en la jungla.
Mapas de imágenes y sonidos en tiempo real
Estos sistemas fueron usados, primero, en Tailandia. Luego, se trajeron a América en 2014, gracias al entrenamiento de un grupo de guardabosques argentinos.
– El sistema satelital registra fotos de teléfonos inteligentes en el sitio que son tomadas. La localización es un factor importante. Inmediatamente, se geolocalizan las fotos, en tiempo real.
– ¿Qué tipos de fotos son tomadas? Los guardabosques toman imágenes de cartuchos de bala, vegetación cortada, restos de campamentos de cazadores, animales que hayan sido encontrados muertos y con heridas de bala.
– Los cazadores furtivos suele usar árboles frutales como cebo. Tal es el caso del “timbó”, del cual se alimenta el tapir. Estos árboles también son fotografiados.
– Se fotografía cualquier indicio de la presencia de cazadores furtivos. Estas fotos se ubican en un mapa y se categorizan, permitiendo una información constante para los guardabosques.
– Cada guardabosque cuenta con un teléfono (o tablet) conectado al sistema satelital. De ese modo, tiene un mapa digital en esa pantalla, donde están la pistas del movimiento de los cazadores furtivos.
Detectores de sonidos en Iguazú
Se instalaron en lugares estratégicos, como en árboles altos y montañas. Son muy sensibles: captan el sonido de un disparo o voces humanas. Así, los guardabosques saben si merodea una cuadrilla de cazadores por la zona.
A los teléfonos móviles de los guardabosques llegan las alarmas de los sonidos, que además son geolocalizados. Si alguien hace un disparo, se enteran y detectan el sitio donde se haló el gatillo. Un mapa de sonidos para proteger a la fauna.
¿La tecnología puede ayudar a salvar a la naturaleza? Sí, siempre y cuando se use con esta finalidad. Los servicios de información geográfica de la Administración Argentina de Parques Nacionales (APN) han llevado a cabo este plan de mapas sonoros para demostrarlo.
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