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Registraron a un grupo de orcas cazando delfines y revoluciona lo que se sabe sobre ellas

orcas cazando

orcas cazando

Frente a la indómita costa chilena, un extraordinario espectáculo submarino ha sacudido a la comunidad científica. En las aguas alimentadas por la corriente de Humboldt, conocidas por su abundancia de krill y peces, un grupo de orcas ha sido captado cazando y devorando delfines oscuros (Lagenorhynchus obscurus) y delfines comunes de pico largo (Delphinus capensis).

Este avistamiento, fruto de años de observación y ciencia ciudadana, podría ser clave para desentrañar los secretos de una enigmática población de orcas del hemisferio sur.

El equipo liderado por Ana María García Cegarra, de la Universidad de Antofagasta, lleva años monitoreando estas orcas, registrando comportamientos tan asombrosos como la utilización de barcos pesqueros para cazar leones marinos. Sin embargo, observar a estas orcas capturar delfines oscuros por primera vez y compartir la presa entre la manada ha sido un giro inesperado.

Estos nuevos datos no solo amplían nuestra comprensión sobre sus hábitos alimenticios, sino que también ofrecen pistas cruciales para entender la relación de esta población con otras orcas del hemisferio sur.

Orcas: un rompecabezas alimentario

El enigma de las orcas no se limita a su destreza para la caza. Sus hábitos alimentarios son tan variados como su distribución global. En el hemisferio sur, cinco ecotipos de orcas han sido identificados, cada uno con preferencias alimentarias únicas: mientras que algunas poblaciones se especializan en mamíferos marinos, otras se inclinan por los peces.

El nuevo comportamiento observado en las orcas de la corriente de Humboldt podría ser la clave para ubicarlas dentro de este rompecabezas. Hasta ahora, las características de la manada Menacho, responsable de la caza de los delfines oscuros, sugieren que podrían pertenecer al ecotipo Tipo A, cazadores de mamíferos marinos. Sin embargo, la menor prominencia de sus manchas blancas sobre los ojos añade un intrigante matiz de incertidumbre.

Para desvelar estos misterios, los científicos han recurrido tanto a observaciones directas como a la ciencia ciudadana. A través de imágenes y videos recopilados por turistas y pescadores, junto con grabaciones sistemáticas de drones, se ha logrado construir un mapa detallado de la presencia de orcas en esta vasta región.

Gracias a estos esfuerzos, se ha documentado a la matriarca Dakota, líder de la manada Menacho, lanzando un delfín al aire, un comportamiento que refuerza la hipótesis de su pertenencia al grupo de cazadores de mamíferos.

El enigma genético: un paso pendiente

No obstante, a pesar de los avances, la ciencia tiene aún cuentas pendientes con estas orcas, como obtener muestras de ADN. Esta información genética sería clave para dilucidar si realmente estas orcas pertenecen al ecotipo Tipo A o si estamos ante una nueva variante aún por identificar en esta región del Pacífico sudoriental.

Además, las observaciones de esta última caza han revelado otro aspecto fascinante: la cooperación entre las orcas a la hora de compartir el botín. En el caso de la manada Menacho, se ha registrado a las hembras repartiendo la presa entre sus familiares más cercanos, un comportamiento que refuerza su naturaleza cooperativa, similar al de las orcas de Tipo A en otras partes del mundo.

Protección para el futuro

A pesar de la escasez de información genética y las limitaciones en el estudio de esta esquiva población, los avistamientos recientes traen una luz de esperanza para su conservación. La presencia de crías recién nacidas, observada en diversas expediciones, indica que estas orcas están teniendo descendencia.

No obstante, aún se desconoce su tasa de supervivencia. La recopilación de datos a través de la ciencia ciudadana es vital para seguir trazando el mapa de estos depredadores y proteger su hábitat a lo largo de las costas chilenas.

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