Un árbol usa los rayos para “derrotar enemigos”: la llamativa adaptación

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Científicos descubrieron un comportamiento sorprendente en la selva tropical de Panamá. Un árbol usa los rayos para “eliminar” enemigos. Es decir, contra especies que compiten con él por la luz, espacio y nutrientes.

Se trata del haba tonka (Dipteryx oleifera). Posee una adaptación ecológica única.

Alcanza una gran altura y longevidad, y es más que resistente a este tipo de impactos. Los detalles.

Un árbol usa rayos para atacar enemigos: el impresionante comportamiento

La investigación, publicada en la revista New Phytologist, se basó en una década de estudios de campo dirigidos por el ecólogo forestal Evan Gora del Cary Institute of Ecosystem Studies.

Un pequeño ejemplar de haba tonca. (Foto: gintonicpack).
Un pequeño ejemplar de haba tonka. (Foto: gintonicpack).

El estudio concluye que el árbol convierte los impactos de rayos en una herramienta de dominación dentro del dosel forestal. Allí la competencia entre los ejemplares es intensa.

A diferencia de otras especies del bosque tropical, el tonka desarrolló una alta conductividad interna, lo que le permite canalizar la descarga eléctrica de un rayo sin sufrir daños significativos.

Esta cualidad, comparable a lo que hace un cable bien aislado, disipa la energía eléctrica rápidamente, evitando el sobrecalentamiento que destruye el tejido de otras especies.

Cómo ocurre el mecanismo

Cada vez que un rayo impacta en su tronco (algo que, estiman, puede repetirse hasta cinco veces durante su vida), el entorno inmediato del árbol cambia drásticamente.

El estudio reveló que, en promedio, cada descarga elimina más de dos toneladas de biomasa de árboles vecinos y destruye cerca del 80% de las lianas parásitas que cubren su copa.

Esto reduce la mortalidad del propio árbol y le permite aumentar su tasa de producción de semillas hasta catorce veces, según las estimaciones del equipo científico.

Lo que ocurre con el árbol. (Foto: New Pythologist).

Cómo es el árbol

El Dipteryx oleifera puede alcanzar alturas de hasta 40 metros y vivir varios siglos. Estas características lo convierten en un blanco recurrente de los rayos en la selva.

Sin embargo, su estructura interna y capacidad de recuperación lo transformaron en una especie resiliente dentro de los ecosistemas tropicales.

Las consecuencias en árboles cercanos

Además, las conclusiones determinaron cómo se comportan los ejemplares vecinos.

A través de estudios forestales de largo plazo, que incluyeron datos de más de 40 años de parcelas forestales en el Monumento Natural de Barro Colorado, los científicos encontraron un patrón consistente.

Los árboles cercanos al tonka presentan una mayor mortalidad, mientras que este permanece prácticamente intacto.

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