Greenpeace enfrentó a un barco que estaba depredando el océano a la altura de Puerto Madryn

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En el marco de la Travesía 2022 que la organización ecologista emprendió desde el 11 de marzo a bordo del Arctic Sunrise, el rompehielos que partió de Ushuaia y llegará el jueves a Buenos Aires, voluntarios realizaron una acción en contra de un barco que se encontraba realizando pesca de arrastre.

“Protegé el Mar Argentino” es la campaña que está llevando adelante por estas semanas la agrupación que es referente a nivel mundial en la defensa ambiental desde todas sus aristas. En esta oportunidad, en el marco de la Travesía 2022 que comenzó el 11 de marzo a bordo del en Ushuaia, los voluntarios realizaron una acción pacífica con el objetivo de documentar los daños que genera la pesca de arrastre, que tiene un impacto similar a lo que puede ser un “desmonte” en el fondo marino.

“Ilegal” es la palabra que pintaron con letras blancas los activistas sobre un barco que estaba depredando en lo que se conoce como el Agujero Azul, una zona de aguas internacionales que se encuentra ubicada a unos 500 kilómetros del Golfo de San Jorge en la Patagonia Argentina.

La particularidad de esta área es que la plataforma continental argentina se extiende más allá de las 200 millas náuticas que determinan la Zona Económica Exclusiva (ZEE) del país, siendo el hogar de especies comerciales y hasta el punto en donde la ballena Franca Austral encuentra su alimento. El rol ecológico, por estos motivos, es importantísimo.

Pero hay un problema: la falta de legislación hace que la depredación pesquera y petrolera avance sin límites ni controles debido a que hasta allí no llega la legislación de ningún país. A lo largo de la travesía con el Arctic Sunrise, Greenpeace detectó una decena de barcos que están “trabajando” en el límite de la ZEE de Argentina. Y se sabe que la depredación continúa en las aguas nacionales cuando las embarcaciones apagan sus rastreadores para ir más allá de lo permitido.

Greenpeace detectó y protestó contra un pesquero

Un grupo de voluntarios de Greenpeace realizó una protesta pacífica contra uno de los tantísimos barcos que depredan día a día las aguas del Agujero Azul haciendo pesca de arrastre. Si bien esto se dio fuera de la Zona Económica Exclusiva, sí está en la plataforma continental extendida comprendida por la jurisdicción nacional.

De acuerdo a los datos suministrados por la agrupación, el barco en cuestión se llama “Santa Isabel”, fue construido en 1972, su capacidad de carga es de 2040 toneladas en bruto, navega con la bandera de Belice y presuntamente sus capitales provienen de Seychelles.

Luisina Vueso, coordinadora de la campaña de Océanos de Greenpeace, afirmó que este tipo de técnica “es una de las más destructivas” debido a que las enormes redes (que suelen tener el tamaño de un estadio de fútbol), arrastran todo lo que se encuentran a su paso.

“No sólo atrapan las especies comerciales que son su objetivo sino que también realizan capturas accidentales de delfines, otros mamíferos, aves y otras especies. Además, es una de las principales causas de destrucción de corales y de la diversidad que habita en el fondo marino”, manifestó.

Por qué piden un Tratado Global de los Océanos

El reclamo de Greenpeace se repite y la exigencia para que este año el mundo tenga un Tratado Global de los Océanos se hace cada vez más fuerte. El principal centro es que “aporte mecanismo para la creación de santuarios marinos en aguas internacionales”, de acuerdo a lo que manifestó Vueso.

La vocera, que trabaja hace años para la agrupación ambientalista, también agregó: “En el plano nacional, exigimos que este año sea finalmente tratado y aprobado el proyecto de ley por la creación de un área marina protegida bentónica en el Agujero Azul. De avanzar con la aprobación de este proyecto, Argentina daría un primer paso para proteger este ecosistema, restringiendo una de las técnicas de pesca con mayor impacto como el arrastre de fondo”.

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