Un estudio reciente destaca cómo la planificación urbana y regional puede mejorar la producción y distribución de alimentos, promoviendo la seguridad alimentaria y combatiendo la inflación que afecta a las familias brasileñas. La investigación, realizada en Curitiba y su Región Metropolitana, resalta el potencial de los municipios para adoptar sistemas alimentarios más sostenibles y saludables mediante políticas públicas adecuadas.
La investigación, elaborada por el Instituto Escolhas en colaboración con el Instituto de Planificación e Investigación Urbana de Curitiba (IPPUC) y la Secretaría Municipal de Seguridad Alimentaria y Nutricional, analizó la producción, transporte, comercialización y acceso a los alimentos en la región. Los resultados muestran que en 2022 se produjo suficiente comida para abastecer a 3,5 millones de personas, casi la totalidad de la población local. Además, un tercio de los productos vendidos en Ceasa Curitiba provienen de la región, lo que evidencia el potencial para estructurar cadenas cortas de distribución.
Una producción más cercana al consumidor tiene múltiples beneficios: reduce desperdicios, disminuye las emisiones de CO2 y estimula el empleo local. Curitiba ya se posiciona como referencia en políticas de fomento a la producción local, con 190 huertos urbanos que benefician a más de 39.000 personas. Aun así, la ciudad cuenta con 1.506 hectáreas de espacios sin uso que podrían destinarse a la expansión de la agricultura sostenible.
Jaqueline Ferreira, directora de Investigación del Instituto Escolhas, subraya que la producción de alimentos en las metrópolis debe ser una prioridad en la gestión pública. “La mayoría de los brasileños vive en ciudades. Invertir en producción local ayuda a enfrentar la inflación alimentaria, la inseguridad alimentaria y la crisis climática”, afirma.

Los desafíos de las plantaciones urbanas
A pesar de los avances, el estudio también revela desafíos. La superficie cultivada de frijol cayó un 35%, mientras que la de soja aumentó un 161% entre 2012 y 2022. Además, el número de establecimientos de agricultura familiar se redujo en un 25%, y los productores están envejeciendo.
La investigación destaca la necesidad de políticas públicas que fortalezcan la agricultura urbana y mejoren el acceso a alimentos saludables en zonas vulnerables. Se recomienda fomentar prácticas agroecológicas y aprovechar terrenos ociosos para expandir la producción local. Curitiba y su región metropolitana pueden servir de ejemplo para otras ciudades, integrando la planificación urbana con estrategias de seguridad alimentaria y desarrollo sostenible.
¿Por qué se pone el foco en los frijoles?
Los frijoles son semillas de plantas de la familia de las leguminosas, consumidas como alimento, que forman parte de la dieta de muchas culturas, especialmente en México. De acuerdo con los expertos, cultivar frijoles trae diferentes beneficios para el medio ambiente porque mejora la calidad del suelo, el agua y el clima, sin mencionar que son una fuente de proteína con un bajo impacto ambiental.
Entre sus beneficios se encuentran:
Mejorar la calidad del suelo
- Fijan nitrógeno del aire, que la planta utiliza como fertilizante y que luego regresa al suelo
- Aportan materia orgánica, minerales y nutrientes solubles
- Incrementan la biodiversidad en el suelo con hongos, bacterias y actinomicetos benéficos
Mejora el agua
- Consumen menos agua que otros cultivos.
Mejora el clima
- Convierten el nitrógeno atmosférico y lo fijan en el suelo, lo cual beneficia al clima
Tiene un bajo impacto ambiental
- Son una fuente de proteína con un bajo impacto ambiental, tanto en emisiones de carbón como en el aprovechamiento del agua
- Pueden ser un buen sustituto de las proteínas animales, que tienen un gran impacto ambiental
- Son una solución para problemas como la desnutrición, ya que son nutritivos y baratos.
Fuente: Instituto Escolhas.
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