Esmond Martin, un investigador estadounidense que pasó varios años denunciando el comercio mundial de marfil y la matanza de animales, fue hallado muerto a puñaladas dentro de su casa en Nairobi hace unos días.
Las autoridades dijeron que Martin, de 75 años, fue víctima de un robo fallido, pero la investigación sobre su muerte continúa abierta.
La esposa de Martin, Chyresse, se empezó a preocupar después de que Martin no respondía a las insistentes llamadas telefónicas. Así que decidió ir a su casa, en el barrio de Lang’ata, al suroeste del distrito comercial de la ciudad. Ella lo encontró por la tarde, muerto en la cama con una herida de arma blanca en el cuello, según revelaron las autoridades.
El hombre había regresado recientemente de un viaje a Myanmar y estaba escribiendo sus hallazgos sobre el comercio de marfil en ese lugar.
Era una frase que había estado utilizando durante décadas: arriesgar su vida para documentar la venta ilegal de marfil de elefante y cuerno de rinoceronte en Vietnam, Laos, China, las naciones africanas y Estados Unidos. Había sido enviado especial de las Naciones Unidas para la conservación del rinoceronte y había publicado informes financiados por Save the Elephants.
A menudo se hacía pasar por un comprador, regateando con los vendedores para tratar de determinar los precios de mercado del marfil, los cuernos de rinoceronte y las cosas que se fabrican con ellos. Observó cómo los mineros chinos en África compraban palillos de marfil y en otros países fabricaban esculturas adornadas con colmillos, documentando las acciones ilegales con el marfil que había traspasado fronteras. Martin tomó fotos detalladas de tiendas de marfil y tallas ilegales, aportando pruebas sobre el comercio que ha estado diezmando poblaciones de elefantes y rinocerontes en los últimos tiempos.
A medida que la noticia de su muerte se difundió por todo el mundo, llegaron las condolencias de otros grupos de conservación que hacían acciones similares a las que él hacía.