Pía García Balaguer (30) es diseñadora de indumentaria, en 2016 se fue a vivir a Chile, pero a los dos años decidió volver a Mendoza y dedicarse a la moda upcycling. Creó Vulca, un emprendimiento que recicla bolsas de cebollas y telas y los convierte en billeteras, bolsos, materos, riñoneras, sombreros y tabaqueras.
Upcycling es el suprarreciclaje que consiste en transformar un desecho en un producto de mayor calidad y valor ecológico. “Me inspira muchísimo, me pone creativa diseñar con cosas que ya existen y traen su historia. La moda es una de las industrias más contaminantes y ese mensaje me interpela mucho.”, dijo Pía al portal Diario UNO.
Reciclan bolsas de cebollas
La diseñadora sostuvo que desde el 2018 que vive de convertir posibles residuos en accesorios, está muy atenta a los desechos que la gente tira en la calle, ha afilado la observación y puede ver bolsas que le pueden servir para reciclar a metros de distancia.
Pía utiliza plastillera que viene de desechos industriales y la tela de prendas antiguas. Contó que contribuyen verdulerías de su zona, con reciclan bolsas de cebollas, cervecerías que le proveen los sacos de malta o cebada y ropa vieja de ella, de amigos, familia y compra en ferias populares.
El comienzo y la evolución de Vulca
La joven empezó el proyecto de Vulca sola y hace poco empezó a trabajar con ella Camila, que hace los cortes de las telas. Pía se recibió en 2016 de diseñadora de indumentaria en la Universidad de Mendoza, de donde ahora es profesora.
Se fue a vivir a Chile, trabajó en una empresa que hace upcycling hace un montón de tiempo, son pioneros en Latinoamérica y en donde aprendió mucho. Después estuvo como jefe de producción en una marca de ropa deportiva y se dio cuenta que quería hacer algo que tuviese en cuenta el medio ambiente, los desechos, la moda lenta y por eso volvió a Mendoza.
Vulca “es súper artesanal, sobre todo en el corte porque las producciones normales cortan 50 piezas a la vez, como mínimo. Nosotros cortamos pieza por pieza y diseñamos producto por producto, las combinaciones no se repiten. Lo artesanal está sobre todo en la creación de cada pieza, cada pieza es única”, sostuvo Pía.
La diseñadora dijo que su época fuerte es el verano porque se visibiliza más la marca, en ferias y porque los productos que hace se usan más en los meses de calor. Ya comenzó con la producción de los sombreros y en una semana cortó 15 kilos de tela.
Su pasión por el reciclado y el medio ambiente
“Realmente no puedo concebir mi vida sin crear y no puedo conseguir esa creación que sí es perjudicial para el planeta”, aseguró la joven. Pía aplica la sustentabilidad a su forma de pensar, a sus consumos austeros, locales o de segunda mano.
“Para mí es una forma de vida. El diseño es una herramienta fundamental a la hora de reciclar porque permite cambiar, puede pasar de algo que es basura y que las personas lo ven como basura a que sea un producto funcional, que sirva a las personas para que siga existiendo, que empiece a existir como un producto y que además, sea atractivo porque si no es atractivo estéticamente, la gente no lo quiere consumir”, dijo.
La moda, una industria contaminante
Pía sostuvo que la moda es una de las industrias más contaminantes porque produce muchísima cantidad, incluso más de lo que se consume y la mayoría de las fibras que se utilizan son de poliéster, que es plástico. Además, agregó que como la moda es rápida y de muy mala calidad, dura muy poco, por ende se desecha rápido y es súper contaminante.
La joven sostuvo que es contaminante el modelo productivo y el desecho y a nivel social porque las condiciones de trabajo de las grandes industrias de la moda son malísimas. “Vulca es muy pequeño y es muy difícil contrarrestar eso porque las empresas son gigantes, pero como mínimo, quiero que mi creación y mi forma de expresarme no sea perjudicial para el planeta, ni para la sociedad”, añadió.