En octubre pasado dos rinocerontes de la familia sudafricana, D’Arrigo, fueron fueron asesinados por cazadores furtivos.
Uno de los animales era una hembra embarazada. A partir de este hecho, la familia dueña de un parque que conserva rinocerontes en la región de Limpopo, decidió declararle la guerra a los traficantes de cuernos.
En conjunto con otras familias de la región, los D’Arrigo han organizado la implementación aeroplanos para vigilar 16 propiedades de la zona y equipos de guardias privados armados que se coordinan por WhatsApp con los propietarios y la policía.
Los D’Arrigo incluso han ofrecido recompensas económicas a quienes faciliten información que permita la detención, juicio y condena de los jefesde estas mafias.
Hasta el momento, dicen haber recibido informaciones sobre la identidad de los cabecillas del negocio, quienes comercian en China y Vietnam, donde se cree que los cuernos del rinoceronte tienen propiedades curativas y afrodisíacas.
Con 20 mil ejemplares, Sudáfrica es el país con mayor población de rinocerontes en el mundo. Sin embargo, esto se está perdiendo a pasos agigantados.