El grafeno es increíblemente útil, pero muy difícil de producir, hasta ahora.
Una nueva tecnología desarrollada en la Universidad de Rice convertirá la basura en uno de los materiales más valiosos que existen: el grafeno. El químico James Tour y su equipo han desarrollado un proceso rápido que puede transformar grandes cantidades de basura en copos de grafeno.
Se trata de algo muy importante. El mundo desperdicia entre el 30 y 40 % de todos los alimentos, porque se estropean, y los residuos de plástico son una preocupación mundial. Ya demostramos que cualquier materia sólida basada en el carbono, incluidos los residuos plásticos mezclados y los neumáticos de caucho, puede convertirse en grafeno.
El valor del grafeno se debe principalmente a su increíble resistencia y a la gran variedad de aplicaciones industriales que tiene. Este material está formado por una sola capa de átomos de carbono conectados entre sí por seis enlaces químicos, creando un entramado que se asemeja a una malla de gallinero.
El grafeno puede añadirse a todo tipo de materiales para mejorar su resistencia o hacerlos más ligeros, como el hormigón o los metales. Es el material más conductor, por lo que resulta muy valioso para su uso como disipador de calor en, por ejemplo, los LED o los teléfonos inteligentes. También podría usarse en la tecnología de las baterías, en las pinturas, en los sensores y en muchas otras cosas: las aplicaciones de este material son casi infinitas.
A pesar de su gran utilidad, el grafeno aún no forma parte de nuestra vida cotidiana en gran parte a su coste prohibitivo. El grafeno es difícil de producir a gran escala, y «el precio comercial actual del grafeno oscila entre los 67.000 a 200.000 dólares por tonelada«, explica Tour.