Desde que el presidente Barack Obama llegara a la Casa Blanca hace cuatro años entre grandes promesas de inversión y apoyo a las energías renovables, EE.UU. vio crecer grandes explanadas de paneles solares, desde California hasta Maryland, y de parques eólicos que empiezan a abastecer a sus ciudadanos. El impulso de las fuentes de energía “limpias” es, según reiteró el presidente este viernes, una de las áreas “más prometedoras” para la economía del país.
Empresas de todo el mundo, entre ellas varias españolas, se instalaron en distintas regiones del país para investigar los avances en el sector.
Obama defendió en su primer mandato la oportunidad que suponen las renovables para la creación de empleo y el liderazgo tecnológico de EE UU. Sin embargo, el fracaso de Solyndra, una empresa del sector que obtuvo un préstamo federal y que acabó declarándose en bancarrota, hizo que la Administración pusiera este respaldo en un segundo plano. Pero eso no impedió la consolidación de proyectos como los del desierto de Mojave y en Solana, Arizona, donde Abengoa construye complejos pioneros en el país.