La Unión Europea aplazó la votación sobre el cese de la venta de autos nuevos de gasolina o diésel de a partir de 2035, para permitir la comercialización solo de eléctricos, informó la presidencia sueca.
La postergación de la medida, rechazada con firmeza por Italia, entre otros países, se debió sobre todo al cambio de posición de Alemania.
Además del no de Italia y las posiciones opuestas de facto de Polonia y Bulgaria, es la posición de Alemania la que pesa mucho.
“El aplazamiento de la decisión sobre el cese de los motores de combustión interna hasta 2035 tiene muy en cuenta la fuerte resistencia de algunos países europeos, con Italia en primera fila, a un escenario de regulación demasiado ideológica y poco concreta”, dijo el ministro de Medio Ambiente y Seguridad Energética de Italia, Gilberto Piccheto.
“Italia, agregó Pichetto- tiene una posición muy clara: la electricidad no puede ser la única solución para el futuro, especialmente si continúa, como lo es hoy, siendo una cadena de suministro para unos pocos”.
“Centrarse también en los combustibles renovables, concluyó el ministro, es una solución estratégica e igualmente limpia, que permite alcanzar importantes resultados ambientales, evitando fuertes repercusiones negativas en términos de empleo y producción”.