Un estudio reciente ha encontrado que las áreas clave para la producción de energía solar a través de paneles fotovoltaicos (FV) están en las regiones más frías del planeta, incluyendo la Antártica.
Estas zonas reciben mucho sol —y por tanto grandes cantidades de radiación solar— y las bajas temperaturas contribuyen a mejorar el desempeño de los paneles solares.
“Hasta ahora el precio de la energía fotovoltaica ha venido disminuyendo y su eficiencia ha aumentado muy rápidamente”, dijo Kotaro Kawajiri, autor principal del estudio, del Instituto Científico de Investigación para la Seguridad y la Sostenibilidad en el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada del Japón, agregando que esto la convierte en una tecnología promisoria para el futuro.
Los resultados también han comprobado que podría usarse como un buen incentivo para la electrificación solar a pequeña escala en áreas rurales y remotas, agregó Kawajiri.
Pero aunque el potencial es una realidad, Kawajiri admitió que los costos de producir energía solar a gran escala en estas regiones pueden ser muy altos, debido a limitaciones prácticas.
“Para sopesar el potencial, hay algunos problemas como las nevadas, la pérdida de electricidad durante la transmisión, y los esfuerzos para instalar FV en aquellas regiones [remotas]“, dijo.
El físico colombiano y consultor en energía solar Humberto Rodríguez, estuvo de acuerdo con las conclusiones del estudio, y agregó que “si además se tiene en cuenta que la luz de las regiones como los altos Andes tiene un alto contenido de azul (de alta energía), y hay buena irradiación solar, la generación aumenta”.