Un nuevo dispositivo electrĆ³nico que reproduce las seƱales vibratorias usadas por los chinches chupadores de granos para comunicarse podrĆa controlar los daƱos que causan estas plagas en la agricultura a cultivos como soja, maĆz, trigo y frejol, entre otros. La idea es atraerlos a una trampa adherida a un aparato que imita esas seƱales.
La nueva tecnologĆa, desarrollada por investigadores de la Empresa BrasileƱa de InvestigaciĆ³n Agropecuaria (Embrapa) y de la Universidad del Estado de Mato Grosso, es resultado de aƱos de observaciĆ³n del comportamiento de los chinches, especialmente en un aspecto muy peculiar de su fase reproductiva: los investigadores observaron que en la naturaleza, los chinches se comunican mediante seƱales para encontrar pareja, con el fin de aparearse y reproducirse.
En esta primera etapa de comunicaciĆ³n a larga distancia (hasta 100 m), las feromonas son el principal mecanismo de comunicaciĆ³n y atracciĆ³n. Posteriormente, los insectos comienzan a emitir seƱales vibratorias con el fin de decir āestoy aquĆā.
La vibraciĆ³n indica asĆ el lugar exacto dĆ³nde se encontrarĆan, y la planta es el medio usado para propagar las seƱales vibratorias. Un detalle: varias hembras y otros machos pueden responder a la misma seƱal.
En la trampa los cientĆficos utilizan feromonas sintĆ©ticas. El dispositivo colocado en ella imita las seƱales vibratorias de los insectos.
āUtilizamos las dos fuentes de atracciĆ³n para los insectos: feromonas y vibracionesā, explica al portal SciDev.Net el biĆ³logo RaĆŗl Alberto Laumann, del Laboratorio de SemioquĆmicos de Recursos GenĆ©ticos y BiotecnologĆa de Embrapa, integrante del equipo que desarrollĆ³ la tecnologĆa.
Los insectos receptores acaban asĆ siendo atraĆdos hacia la trampa, primero por el āolorā de la feromona y luego por la seƱal vibratoria que, para ellos, estarĆa indicando la localizaciĆ³n del compaƱero emisor de la seƱal.
SegĆŗn el biĆ³logo, el uso de estos dos tipos de cebo permite monitorear la poblaciĆ³n de insectos, informar al productor si causarĆ”n o no daƱos a sus cultivos y facilitarle la toma de decisiones sobre los mĆ©todos de control a adoptar.
āEs una forma de tener informaciĆ³n precisa del tamaƱo y localizaciĆ³n espacial de las poblaciones de plagas en el campo, en cada momentoā, aƱade el investigador.
Los chinches y las orugas son las principales plagas de los cultivos de soja. Contra las Ćŗltimas se usan varias formas de manejo, incluyendo plantas transgĆ©nicas y control biolĆ³gico con microorganismos. Pero el control de los chinches aĆŗn depende de insecticidas. Encontrar mĆ©todos menos agresivos y ambientalmente seguros que sustituyan esas sustancias es un gran desafĆo.
āLas bĆŗsquedas se han centrado en mĆ©todos alternativos para el manejo de plagas que no tengan impactos en el medioambiente ni en la salud humana como los insecticidasā, afirma Laumann.
La posibilidad de representar una alternativa a los insecticidas es unos de los mĆ©ritos de la innovaciĆ³n, seƱala el entomĆ³logo JosĆ© MaurĆcio SimƵes Bento, experto en ecologĆa quĆmica y comportamiento de insectos de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz, de la Universidad de Sao Paulo.
SegĆŗn estimaciones de la OrganizaciĆ³n de las Naciones Unidas para la AlimentaciĆ³n y la Agricultura (FAO), las plagas pueden ser responsables de reducir la producciĆ³n agrĆcola mundial hasta en un 40 por ciento.
Insectos como los chinches y las orugas son una de las principales causas de pĆ©rdida de productividad en las plantaciones. El impacto econĆ³mico varĆa segĆŗn el nivel de infestaciĆ³n y caracterĆsticas, como el precio del producto y el costo de producciĆ³n.
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