El viernes, un exlegislador presentó un pedido de amparo para que el gobierno porteño frene los trabajos en la avenida. Y otros legisladores salieron a cuestionarlos. Desde la Ciudad explicaron que se sacarán del centro de la traza 305 árboles y casi todos serán trasplantados, lo que ya se ve sobre las plazoletas laterales. Sólo 28 irán a descarte porque según los expertos, su estado fitosanitario es malo. También sostuvieron que una vez terminada la obra, que irá entre la avenida San Juan y la calle Arroyo, habrá 550 árboles nuevos sobre el corredor.
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La mayoría tiene cerca de 40 años. Hay de varias especies, incluso algunas que no son autóctonas: palmeras, palos borracho, lapachos y jacarandás. En total suman 1.440 ejemplares y forman nada menos que la arboleda de la avenida 9 de Julio.
En la misma línea, el diputado Francisco “Tito” Nenna cuestionó la intervención. Y su par, Adrián Camps, habló de “tala” y “otros desastres” en medio de la construcción de las las estaciones de Metrobús: “Es un absurdo que se haya arrasado con el arbolado. Esto demuestra la falta de planificación con que se maneja la administración macrista”, opinó.
La asociación Basta de Demoler también reaccionó y mostró su preocupación por “ la agresión al patrimonio arbóreo y simbólico”.
Desde la Ciudad explicaron ayer que los trabajos con los árboles están supervisados por expertos, aclararon que sólo 28 de los 1.440 ejemplares serán descartados (en todos los casos porque presentan problemas fitosanitarios o algún tipo de riesgo) y que cuando la obra termine habrá 550 árboles nuevos, y, por primera vez, una traza verde entre Belgrano y Córdoba.
De los 305 ejemplares que se moverán hay 169 que serán trasladados dentro de la traza (incluso dentro de sus mismos canteros) y 108 serán llevados al Parque Thays, a la plaza Garay y a los jardines del hospital Borda. Esos trabajos están supervisados por el licenciado Francisco Inomata, un experto argentino formado en Japón que ya estuvo detrás de un trabajo similar con los árboles de la Panamericana, en 1994. Según explicó Dietrich, hay una ley que ampara la mudanza de ejemplares cuando “impidan u obstaculicen el trazado o realización de obras públicas” o la extracción de aquellos árboles que estén “secos” o sean irrecuperables. En este caso, solo el 2% estará incluido en ese grupo.